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Tema 3º

- EL RENACIMIENTO.-

En España coincide con el siglo XVI, aunque en el último cuarto de la centuria se hacen sentir los efectos de la Contrarreforma y las primeras manifestaciones del espíritu barroco.

El Renacimiento comienza en España, más o menos, con la Edad Moderna, es decir, con el Descubrimiento de América y con la conquista del último reino musulmán, el de Granada. Acaba cuando nuestros reyes se convierten en el feudo de los valores tradicionales, en el seguro escudo contra los herejes. Desde la segunda mitad del siglo XVI, España se aparta de Europa, su ciencia se paraliza, sus hombres se cierran sobre sí mismos; comienza una época de atraso económico, político y finalmente, cultural.

El Renacimiento se caracteriza por:

  • El hombre, y no Dios, se convierte en el centro del universo.

  • Se estudian las culturas antiguas: la griega y la romana. A este espíritu se le conoce con el nombre de Humanismo.

  • Se produce la difusión de un invento decisivo para la historia del hombre: la imprenta, que ya funcionaba desde finales del siglo XV.

  • Las lenguas romances, francés, italiano, castellano..., son ya lenguas apropiadas para escribir obras de arte. Se generaliza su uso literario; el latín, muy estudiado en esta época, queda relegado a otros menesteres.

La poesía renacentista española tuvo tres grandes figuras:

Garcilaso de la Vega (1501-1536), poeta y soldado, fue uno de los introductores de los metros italiano en la poesía española. Exiliado por voluntad de Carlos V, en Italia aprendió de las vanguardias literarias que allí se desarrollaban. Su poesía es un canto armonioso y dolido, un largo lamento por el amor no correspondido de Isabel Freyre, la dama portuguesa a la que amaba, que se casó con otro hombre.

La obra de Garcilaso, se compone principalmente de cuarenta sonetos, cinco canciones, tres églogas y dos elegías. Su poderosa influencia se dejó sentir en autores de todas las épocas.

Fray Luís de León (1528-1591), un agustino ligado a la Universidad de Salamanca, estuvo en la cárcel por sus escritos y por sus opiniones religiosas. Buen conocedor de la teología, mantuvo posturas diferentes a las de la Contrarreforma triunfante en España. Su obra poética se caracteriza por la armonía, la dulzura y la naturalidad. Su obra en prosa también es importante: De los nombres de Cristo, La perfecta casada, y el Libro de Job.

San Juan de la Cruz (1542-1591), fue junto a Teresa de Jesús, el reformador de la orden carmelita. Como Fray Luís de León, de quien fue alumno en la Universidad de Salamanca, estuvo preso. Su obra es muy breve; de la misma destacan: Noche oscura del alma, Cántico espiritual, y Llama de amor viva.

Juan de la Cruz, fue un místico que aspiraba a fundirse con Dios a través de la poesía. Tanto fue su fervor religioso que en algunos poemas, como en el Cántico espiritual, la esposa- el alma- y el Esposo-Cristo- parecen amarse carnalmente.

La gran obra en prosa del Renacimiento fue el Lazarillo de Tormes, libro muy breve, de autor anónimo, aparecido a mediados del siglo XVI. Con él se inaugura la llamada novela picaresca.

Lázaro es un pícaro que soporta la tutela de distintos amos. Con unos pasa hambre, con otros conoce engaños y pesares, con alguno sufre la crueldad en su propia carne. Finalmente, convertido ya en un hombre, se independiza y se casa.

Otros autores importantes del Renacimiento fueron los poetas Juan Boscán y Fernando de Herrera y la prosista Santa Teresa de Jesús.

- EL BARROCO.-

El siglo XVII, el siglo del Barroco, representa la decadencia política, militar y económica de España. Sin embargo, es el Siglo de Oro de las letras españolas, la época más floreciente de nuestra literatura.

España llegó al siglo XVII cerrada a las nuevas corrientes europeas, empeñada en defender la Contrarreforma y los valores más tradicionales. Por eso, se dice que el Barroco es una vuelta a la Edad Media, a la primacía de lo divino sobre lo humano y al oscurantismo. La Inquisición, como institución represora de “herejes” y defensora de ciertos valores religiosos, prohibió en España numerosos libros; encarceló y asesinó a multitud de hombres y mujeres.

Miguel de Cervantes (1547-1616) es el autor que participa tanto del mundo renacentista como del barroco. No obstante, sus principales obras las publicó ya en el siglo XVII. Su vida fue desgraciada y azarosa. En la batalla de Lepanto, perdió la mano izquierda; poco después pasó cinco años cautivo en Argel. De vuelta a España, no cesaron sus desventuras. Pobre y con una vida familiar desdichada, sufrió cárcel y procesos por diversos motivos.

Aunque escribió poesía y teatro, Cervantes es universalmente conocido por su obra en prosa: La Galatea 1585, El Quijote 1605 y 1615, las Novelas Ejemplares 1613 y Los trabajos de Persiles y Sigismunda 1617, obra póstuma.

El Quijote, una extraordinaria y divertida novela, se publicó en dos partes. Narra las aventuras de un pobre hidalgo, Alonso Quijano, que se cree caballero andante destinado a hacer grandes hazañas. Su mundo ideal y dislocado choca con el de su escudero, Sancho, hombre rudo y con los pies en la tierra. Pese al tono jocoso de muchos episodios, la obra desprende un tono amargo que pone en tela de juicio la sociedad, la vida humana, la conducta de los poderosos, el concepto de justicia...

Las Novelas ejemplares son doce relatos cortos de magistral ejecución. En muchas hay una profunda sátira de la sociedad de la época. La más famosa, Rinconete y Cortadillo, cuenta las desventuras de los dos pícaros que dan título a la obra.

Lope de Vega (1562-1635) tuvo una vida escandalosa y repleta de bodas, amoríos e hijos ilegítimos. Su prodigalidad amorosa solo es comparable a la que tuvo como escritor. Aparte de otras muchas obras, escribió más de 1500 piezas para el teatro.

Lope de Vega, autor de fama en su tiempo, es considerado el creador de la comedia española. Sus obras giran en torno a dos ejes fundamentales: el honor y el amor. Algunos de sus títulos más relevantes son: Fuenteovejuna, Peribañez y el comendador de Ocaña, El caballero de Olmedo, El castigo sin venganza.

Lope, aparte de autor teatral, fue destacado prosista y poeta. Mencionaremos, en prosa, La Dorotea; en verso, Las Rimas y las Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé Burguillos.

Luís de Góngora (1561-1645) fue uno de los grandes poetas barrocos. Su poesía es de difícil lectura, pues busca, como ningún otro autor de su época, el uso exacto de los términos, a lo que se añade una lengua muy recargada de ornamentos. Sus libros más famosos son las Soledades y el Polifemo. Maestro de poetas, tuvo un enemigo irreconciliable: Francisco de Quevedo.

Francisco de Quevedo (1580-1681) nos ha legado una obra pródiga en ingenio, resultado de un trabajo incesante con la palabra, que se desnuda de ornamentos y contiene, a menudo, diversos significados.

La obra de Quevedo es muy extensa. Escribió numerosos poemas, publicados después de su muerte. Bajo un tono burlesco, esconde una profunda y amarga reflexión filosófica. En prosa, destacan su novela picaresca El Buscón y los Sueños.

Calderón de la Barca (1600-1681) fue la última gran figura de la literatura barroca. Discípulo de Lope de Vega, consagró su actividad literaria al teatro. Sus obras, más reflexivas, pero menos frescas que las de su maestro, plantean con frecuencia el tema del honor. De su producción destacan La vida es sueño y El alcalde de Zalamea.

Otros escritores importantes del Barroco fueron el dramaturgo Tirso de Molina y el prosista Baltasar de Gracián.

- EL NEOCLASICISMO.-

Coincide a grandes rasgos, con el siglo XVIII, también llamado de la Ilustración y “Siglo de las luces”. Se caracteriza por una fuerte oposición a las ideas irracionales del Barroco y por una fe absoluta en la razón. España, que en este siglo conoció la instauración de la dinastía borbónica, se abrió al exterior; sobre todo a Francia, cuna de las ideas ilustradas.

En oposición al auge de la ciencia, del ensayo y de la discusión crítica, la literatura española del siglo XVIII no tiene gran importancia.

El padre Benito Feijoo, personaje muy polémico, tomó sobre sus espaldas la tarea de combatir las ideas barrocas, las supersticiones y las falsas creencias populares. Lo hizo, principalmente, en los ocho tomos de ensayos que componen el Teatro crítico y universal.

Después de Feijoo, destacan dos autores como representantes de la prosa didáctica:

José Cadalso, que también escribió poesía, es autor de las Cartas marruecas. En las mismas, un moro explica a su corresponsal los males de España.

Gaspar Melchor de Jovellanos, aparte de dos dramas y diversos poemas, escribió obras didácticas en prosa. Describió los males de las diversiones españolas en la Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos; propuso una avanzada reforma agraria en el Informe sobre el expediente de la ley Agraria.

El teatro neoclásico tuvo una destacada figura: Leandro Fernández de Moratín. Sus obras más famosas son El sí de las niñas y La Comedia Nueva o El café.

La poesía neoclásica, de importancia menor, es generalmente poco conocida. Destacan, por su singularidad, los fabulistas Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte

- EL ROMANTICISMO.-.

En Europa coincide con la primera mitad del siglo XIX. En España las ideas románticas llegan más tarde, con la vuelta de los exiliados liberales a partir de 1833.

El Romanticismo se rebeló contra la rigidez literaria de los neoclásicos y proclamó la libertad absoluta del artista para construir su obra. Esquemáticamente, las características de la literatura romántica son las siguientes:

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