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Conferencia 4

Morfología del verbo del latín hablado ibérico.

  1. La conjugación latina.

Los verbos latinos se dividían en 4 conjugaciones según la vocal temática ante la terminación –re del infinitivo: ā, ē, ě, ī.

La 1ª conjugación en –are subsiste enriqueciéndose con numerosos verbos formados a base del supino: caněre – cantum – cantare. Además, los verbos formados por los sufijos –icare: amaricare; -izare/-idjare (-izar/-ear): baptizare, colorear integraron la primera conjugación. La I conjugación se acrecentaba también con los verbos germánicos terminados en jan, -an (waidanjan > ganar, witan > guiar).

La 2ª conjugación con el tema en –e larga se conserva muy bien (tenēre > tener, debēre > deber) y en el terreno ibérico se enriquece con numerosos verbos de la 3ª conjugación con el tema en –ě: creděre > creder > creer, caděre > caer, mittěre > miter > meter.

La 2ª y la 3ª conjugaciones se fueron confundiendo ya en el latín clásico. En los testimonios de aquel periodo es muy fácil encontrar tanto fervēre como fervěre (hervir).

La 3ª conjugación cuya vocal temática era –ě breve dejó de existir por completo debido a que la vocal temática era átona y, por consiguiente, la terminación verbal era inestable. Ello contribuyó a que los verbos terminados en –ěre pasasen ora a la segunda conjugación, ora a la tercera (la antes cuarta).

latín clásico

latín vulgar/romance ibérico

español moderno

dicěre

deçir

decir

colligěre

coger [dž]

coger

creděre

creder

creer

ocurrěre

ocurrir

ocurrir

fugěre

fugir [dž]

huir

mittěre

meter

meter

La 4ª conjugación que terminaba en –i larga subsiste casi inalterable y se enriquece a costa de una parte de verbos de 3ª conjugación latina (ejemplos de arriba): mori > morire > morir, audire > odir > oír, venire > venir. La IV conjugación se acrecentaba también con los verbos germánicos terminados en jam (kumdiam > cundir).

II. Los modos del latín clásico eran: modus indicatīvus, modus conjunctīvus, modus imperatīvus. En el latín ibérico se han conservado los tres modos clásicos.

III. Se conservaron también las categorías de número y de persona. En el latín clásico había dos números (singular y plural); tres personas en singular y tres en plural.

IV. Flexión verbal (desinencias personales del verbo).

En todas las formas verbales activas a excepción de la forma del perfectum indicativi activi las desinencias personales latinas eran:

Singular

Plural

1ª persona

-o, -m

-mus

2ª persona

-s

-tis

3ª persona

-t

-nt

P.ej., Praesens Indicativi Activi : amo, amas, amat, amamus, amatis, amant.

Imperfectum Indicativi Activi: amabam, amabas, amabat, ambāmus, amabātis, amabant.

El perfecto activo latino tenía las siguientes desinencias:

Singular

Plural

1ª persona

-i

-ĭmus

2ª persona

-isti

-istis

3ª persona

-it

-ērunt

Perfectum Indicativi Activi: amavi, amavisti, amavit, amavĭmus, amavistis, amavērunt.

Las terminaciones del imperativo presente activo también eran particulares: la forma de la 2ª persona del sg. coincide con el tema imperfectivo (Infectum); en 2ª pers. del pl. a este tema se le agregaba la terminación –te: ama, amate.

V. El latín clásico tenía dos voces: Genus actīvum y Genus passīvum. Se han conservado en el latín vulgar, pero las formas de la voz pasiva del sistema Infectum sufren cambios. Desde muy temprano en el habla corriente la forma sintética viene cayendo en desuso relevada por la forma analítica participio pasado pasivo + “esse” en sus formas personales, por analogía con la formación de la voz pasiva en el sistema del perfecto (Perfectum). P.ej.: amatus sum, amatus es, amatus est, amati sumus, amati estis (sutis – clásico), amati sunt.

VI. Los tiempos del latín clásico formaban dos sistemas grandes: Infectum y Perfectum, o sea, todas las formas temporales podían ser distribuidas entre estos dos grupos.

Todos los tiempos se formaban con tres temas: el tema del infecto, el tema del perfecto y el tema del supino. El verbo latino tenía 4 formas básicas: 1) 1ª pers.,sg. de Praesens Indicativi Activi; siempre terminaba en –o. Quitando la –o final obtenemos el tema de infecto (timeo – time-). A partir de este tema se formaba todos los tiempos y las formas no personales (nominativas) del sistema de infecto de las dos voces; 2) 1ª pers.,sg. de Perfectum Indicativi Activi. Terminaba en –i. Quitando la –i tenemos el tema del perfecto (docui – docu-), con el cual se forman todos los tiempos del sistema de perfecto de la voz activa; 3) el supino (supinum); terminaba en –um. Quitando la terminación obtenemos el tema de supino (intellectum – intellect-), con la que se forma Participium Perfecti Passivi; el participio, a su vez, sirve para la formación de los tiempos del sistema de perfecto de la voz pasiva; 4) el infinitivo (infinitivus), terminaba en –re (-āre, -ēre, -ěre, -īre).

Formación de los temas de perfecto:

  1. Los verbos de la 1ª y 4ª conjugaciones, en su mayoría, forman el tema con el sufijo –v-. Las formas de perfecto indicativo activo: laudavi, audivi. Los verbos de este tipo se los puede comparar con los verbos débiles (regulares) de las lenguas modernas.

  2. La mayoría de los verbos de la 2ª conjugación tiene el tema con el sufijo –u-. Perfecto: habui, docui, studui (“studere” стремиться).

  3. La 3ª conjugación a menudo forma el tema con el sufijo –s-; si al sufijo le precede una consonante con frecuencia se producen cambios fonéticos: 1) las d y t se asimilan al sufijo –s-: ceděre (ступать) - *cedsi – cessi; mittěre - *mitsi – misi; 2) la g ante la s se hace sorda ([k]), la combinación de sonidos [ks] en la escritura da la letra x: ducěre (вести) - *ducsi – duxi; regěre - *regsi – rexi; 3) la b ante la s se hace sorda: scriběre - *scribsi – scripsi.

La formación del tema de perfecto descrita en los puntos a)b)c) se realiza por medio de sufijos. En los modelos de formación que se dan a continuación el procedimiento es distinto:

d) Se forma haciéndose larga la vocal radical, o sea, mediante la flexión interior. Los temas del infecto vĭde-, mŏve-, lěge-, věni- se transforman en vīd-, mōv-, lēg-, vēn-, respectivamente (los perfectos vidi, movi, legi, veni). Si la vocal radical es a pasa a e: agěre (гнать, действовать) – egi, capěre – cepi, facěre – feci.

e) Se forma mediante la duplicación de la consonante inicial ( como el antiguo perfecto indoeuropeo). La vocal que forma la sílaba es la e (tenděre – tetendi) o se asimila a la vocal radical (mordēre – me/momordi, currěre – cucurri).

g) A veces el tema de perfecto es igual a la raíz del verbo. Los perfectos formados con el tema así se llaman perfectos de tema simple: statuěre (ставить) statui, vertěre (вертеть)verti.

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