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  • Huida hacia paisajes lejanos y exóticos.

  • Preferencia por épocas pasadas, sobre todo, la Edad Media.

  • Idealización del amor.

  • Pasión desmesurada en la exposición de sus ideas.

  • Presentación de espíritus melancólicos, tristes.

  • Exaltación de la libertad y de la justicia.

  • Gusto por los lugares tétricos y solitarios, como los cementerios.

Mariano José de Larra 1809-1836, tras una vida desgraciada, se suicidó a los veintiocho años. Sus más de doscientos artículos periodísticos contienen una agria y sagaz crítica de la sociedad de su tiempo. Inconformista y liberal, la atmósfera de la España del siglo XIX se le quedó estrecha. Su pluma satírica reflejó los males nacionales en artículos como Vuelva usted mañana, El castellano viejo, El día de difuntos de 1836...

Gustavo Adolfo Bécquer 1836-1870, es la figura más representativa del Romanticismo tardío. Su vida estuvo marcada por el fracaso amoroso, la pobreza y la enfermedad.

Bécquer es el autor de las Rimas, colección de poemas breves que se publicaron tras la muerte del poeta. Su poesía es sencilla, intimista y emocionada. Los temas son pocos y universales: los motivos de la creación poética, la razón del amor, la desolación que este causa, la angustia, la tristeza...

Bécquer fue también un destacado prosista. Escribió las Leyendas, llenas de misterios y hechos sobrenaturales, y las Cartas desde mi celda.

Otros poetas románticos fueron Espronceda, autor de la archiconocida Canción del pirata, y Rosalía de Castro, que escribió en castellano y en gallego.

En teatro, destaca la figura de José de Zorrilla, autor de Don Juan Tenorio.

BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA

ESQUEMA DE CONTENIDOS:

  • EL REALISMO Y EL NATURALISMO.

  • EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98.

  • EL NOVECENTISMO.

  • LA GENERACIÓN DEL 27.

  • LA LITERATURA ESPAÑOLA DESDE 1939.

- EL REALISMO Y EL NATURALISMO.-

A esta escuela pertenecen los autores que comenzaron a escribir en la segunda mitad del siglo XIX. Literatura realista es casi sinónimo de novela realista, porque fue en este género donde destacaron sus principales figuras. Las características del Realismo son:

  • Descripción objetiva y detallada de la realidad; tanto de los personajes, como de los objetos, los lugares o las costumbres.

  • Propósito moral y social de las obras.

  • Presentación rigurosa de los personajes. Frecuentemente, el autor nos cuenta la historia de sus antepasados.

  • Acumulación de detalles y notas aparentemente marginales.

  • Intención de describir a la sociedad entera, de dar una vasta impresión de conjunto de la época.

  • Las novelas no se ambientan en el pasado, ni se proyectan hacia el futuro. Generalmente, discurren en el presente o en tiempos muy próximos al autor.

Benito Pérez Galdós, 1843-1920, reflejó en su inmensa obra la sociedad española del siglo XIX. Fue un agudo observador de la vida cotidiana, de las costumbres, del habla popular... Con este bagaje escribió sus novelas, en las que pinta con pluma certera a los personajes y describe la vida de las distintas clases sociales. Su escenario preferido es Madrid, donde vivió desde muy joven. En esta ciudad se desarrolla su obra maestra: Fortunata y Jacinta, impresionante cuadro de las costumbres de la época y de las miserias humanas. Otros títulos son: Tristana, Tormento, Misericordia, Doña Perfecta...

A Galdós debemos también los Episodios Nacionales, cuarenta y seis novelas que se proponen dar una ajustada impresión de la historia del siglo XIX.

Leopoldo Alas, “Clarín”, 1852-1901, se colocó a la cabeza de la literatura en lengua castellana gracias a su obra La Regenta. Vetusta, una ciudad de provincias, es su marco. Sátira social, presentación de los aspectos más oscuros del clero y amarga visión de la vida son, entre otras, las impresiones que se desprenden de su lectura.

De Clarín se leen, con gusto también, sus novelas cortas: Pipá, Doña Berta y sus cuentos ¡Adiós cordera!, así como Su único hijo, novela.

Aparte de Galdós y de Clarín, otros novelistas de finales del siglo XIX poseen gran importancia. Destacaremos a Emilia Pardo Bazán, autora de Los Pazos de Ulloa, novela naturalista de ambiente gallego, y a Juan Valera, autor de Pepita Jiménez, que narra los problemas de un seminarista enamorado de una joven.

.- EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98.-

A finales del siglo XIX, comenzó a manifestarse una honda insatisfacción entre una parte de la juventud española. Veían con desolación cómo los eternos males de España, seguían sin solucionarse. Su actitud crítica fue calificada de “modernistas” y con el tiempo se los agrupó bajo el nombre de generación del 98. Por tanto, no distinguiremos en este epígrafe, entre modernistas y noventayochistas.

Las características generales del grupo de escritores que conforman la generación del 98 son:

  • Gran preocupación por los problemas políticos, económicos y sociales de España. Búsqueda de soluciones en las obras.

  • Ideas progresistas, avanzadas y de izquierda en la juventud. Andado el tiempo, algunos evolucionaron hacia posiciones conservadoras.

  • Amor desmedido por Castilla, pese a haber nacido la mayoría de ellos en la periferia peninsular.

  • Intento de crear una literaria original y precisa. Recuperación de palabras antiguas.

  • Inicial apertura hacia autores extranjeros: Nietzsche, Schopenhauer...

  • Reivindicación de los poetas antiguos: Berceo, Juan Ruiz. Etc- y de escritores críticos y combativos como Larra.

  • Algunos, los calificados de modernistas, prefirieron huir hacia épocas pasadas de la humanidad: Grecia, Roma, la Edad media, el siglo XVIII... Esta actitud demuestra, igualmente, una gran insatisfacción por el presente.

Miguel de Unamuno 1864-1936, se debatió toda su vida entre ideas contradictorias. Tuvo grandes problemas de fe y varió continuamente sus posiciones políticas. Pasó del “europeizar España” al “españolizar Europa”.

Refiriéndose a los extranjeros, dijo: “que inventen ellos”. No obstante, su figura intelectual es una de las más grandes de nuestro siglo.

Cultivó con fortuna todos los géneros: ensayo, novela, poesía y teatro. Sus obras dan cuenta del tormentoso mar que fue su espíritu, preso siempre de la necesidad de creer en Dios, pero sin la convicción suficiente para hacerlo. Fruto de estos problemas, nació San Manuel Bueno, mártir, breve obra en prosa que narra la predicación obsesiva de un cura sin fe. Otras novelas importantes son Niebla y La tía Tula. De sus ensayos destacaremos. En torno al casticismo, sobre el problema de España; y Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo, sobre Dios y la inmortalidad.

Pio Baroja, 1872-1956, es el gran novelista de su generación. De ideas anarquistas en su juventud, evolucionó hacia posiciones menos radicales.

Baroja ofrece una visión agria de la vida. Era un pesimista, y así lo entendemos en sus obras. Estas se pueden dividir en dos grupos principales: las de asunto vasco y las de ambiente madrileño. Al primero pertenecen: Zalacaín el aventurero, Las inquietudes de Shanti Andía, El Mayorazgo de Labraz... Al segundo: La Busca, El árbol de la ciencia...

Rubén Darío 1876-1916, aunque nacido en Nicaragua, suele estudiarse como integrante de la literatura española por la decisiva influencia que ejerció sobre esta. Poeta excepcional, su nombre aparece asociado al Modernismo, movimiento literario del que es su máxima figura.

La poesía de Rubén es deslumbrante de sonido, de color, de hallazgos verbales. Todo en él es novedad: el léxico, los metros, los temas... En sus últimas composiciones se percibe un tono amargo y desesperado, en oposición a la alegría de los primeros versos. Sus títulos más representativos son: Azul, Prosas Profanas y Cantos de vida y esperanza.

Ramón María del Valle-Inclán, 1866-1936, al contrario que muchos de los hombres de su generación, partió de actitudes conservadoras y tradicionalistas para llegar a postulados revolucionarios. Su extraordinaria personalidad, su atuendo extravagante y su gracia sin par, le granjearon en vida múltiples enemigos y detractores. No obstante, su figura se agiganta como una de las principales de la literatura de nuestro siglo.

Cultivó con éxito la poesía, la prosa y el teatro. En prosa, destacan las Sonatas y la novela Tirano Banderas. Como dramaturgo, revolucionó la literatura de su tiempo; inventó una nueva forma de hacer teatro, el esperpento, que no fue representada en su época. El esperpento más famoso es Luces de Bohemia, grotesca visión de la vida nacional y dramática actitud de un escritor pobre frente al mundo.

Antonio Machado, 1875-1939, ha sido un símbolo para varias generaciones de españoles. Su actitud liberal, crítica, comprometida y profundamente sensible se aúna con su visión espiritual y emotiva del mundo.

Machado, aunque sevillano, es el poeta de Castilla, de las tierras de Soria. En ellas se casó, se murió su esposa y se templó su carácter. Después de escribir Soledades, galerías y otros poemas, publica Campos de Castilla, su obra cumbre en verso. En prosa, escribió al final de su vida Juan de Mairena, honda reflexión política, filosófica y pedagógica.

A la generación del 98 pertenecen también Azorín, José Martínez Ruiz, prosista muy preocupado por el tema de España. Igualmente son hombres del 98 el ensayista Ramiro de Maeztu, el poeta Manuel Machado, el dramaturgo Jacinto Benavente y el filólogo Ramón Menéndez Pidal.

- EL NOVECENTISMO.-

Llamamos novecentistas, por falta de un adjetivo mejor, a los autores que se sitúan entre la generación del 98 y la del 27. Participan, en general, de los aires de las vanguardias europeas, que buscaban en el primer tercio de siglo nuevos cauces para la expresión literaria.

  • Juan Ramón Jiménez, 1881-1958, premio Nobel, hombre dedicado en cuerpo y alma a la literatura, destacó tanto en la poesía como en la prosa. Pese a su carácter huraño y poco sociable, se convirtió en maestro de los jóvenes poetas de la generación del 27.

La obra poética de Juan Ramón es muy amplia, y preocupada, como ninguna otra, por el uso artístico de la lengua. En prosa escribió un libro muy sensible: Platero y yo, uno de los grandes monumentos de la lengua castellana.

Otros novecentistas fueron:

  • León Felipe, poeta, ensayista y traductor, que vivió exiliado en América después de la guerra civil.

  • Ramón Gómez de la Serna, principal introductor de las vanguardias en España.

  • Los novelistas Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala.

  • Los pensadores José Ortega y Gasset, Eugenio D’Ors y Gregorio Marañón.

- LA GENERACIÓN DEL 27.-

A la misma pertenece un grupo de poetas que floreció en los años 20 y 30 de nuestro siglo. No obstante, muchos de estos poetas continuaron escribiendo después.

En los miembros de la generación del 27 se funde una línea clásica, Garcilaso, Lope, Góngora, etc... y otra más audaz y renovadora, las vanguardias futurismo, creacionismo, surrealismo, etc.. Casi todos comenzaron militando en la poesía pura, defendida por Juan Ramón Jiménez. Se preocupaban solo de los asuntos meramente poéticos, sin prestar atención al acontecer histórico y político. Sin embargo, a partir de la Segunda República y de la Guerra Civil, los asuntos sociales y el destino de España entran como un torrente en sus vidas y en sus obras. Algunos, como Alberti, Emilio Prados o Cernuda, toman partido por la izquierda; otros como Gerardo Diego, lo hacen por la derecha. Al acabar la guerra civil, muchos debieron exiliarse a causa de sus ideas políticas: Alberti, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Cernuda, Prados.... El más importante de todos, Federico García Lorca, había muerto asesinado en los primeros días de la contienda.

  • Federico García Lorca.- Es una de las grandes figuras de nuestra historia literaria. Su poesía representa, como ninguna, la fusión de las formas tradicionales y las corrientes de vanguardia.

El Romancero Gitano, colección de romances que tiene a muchos gitanos por protagonistas, es un amargo y violento cuadro de la Andalucía más pobre y tradicional. Lorca, siempre sensible con los marginados, siente una ternura especial por los gitanos.

Poeta en Nueva York es el triunfo del surrealismo en la obra del poeta granadino. Nueva York, símbolo de la civilización deshumanizada, es presentado como un infierno. Allí, los negros, otros marginados, sufren toda clase de afrentas y miserias.

Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, elegía en cuatro partes, es un sentido lamento por la muerte en el ruedo de su amigo. El tema de la muerte, constante en toda la obra de Lorca, tiene aquí tintes premonitorios. Poco después, sería la sangre del propio poeta la derramada.

Federico García Lorca fue también un gran dramaturgo. Los valores tradicionales y el yugo de una autoridad desmedida son criticados en La casa de Bernarda Alba, su obra maestra. Otros títulos importantes son Bodas de sangre y Yerma.

  • Pedro Salinas, es el gran poeta del amor de la generación del 27. Para él, el amor es la fuente de la vida, su razón de ser. Sus dos libros más importantes son: La voz a ti debida y Razón de amor.

  • Jorge Guillén, fue, como Salinas, profesor universitario en su exilio americano. Su poesía canta la perfección del mundo y la alegría de la vida en Cántico. En otro libro posterior, Clamor, su voz se entristece un tanto ante el desorden del mundo humano.

  • Vicente Aleixandre, premio Nobel, es un poeta de difícil lectura, representante máximo de la escuela surrealista en España. Los versos de su primera época presentan un mundo amargo, doloroso. Destacan los libros Espadas como labios, La destrucción o el amor y Sombra del paraíso. A partir de este último, evoluciona hacia otros posiciones de solidaridad con el hombre que sufre.

  • Rafael Alberti, aglutina muy diversas tendencias en su obra. En su primera época, destaca una poesía fácil, fresca y de recuerdos infantiles: Marinero en tierra. Después incorporó un mundo complejo y atormentado en los versos surrealistas de Sobre los ángeles. Finalmente, a partir de su toma de conciencia política, será una poesía comprometida la que cultive. Poesía al servicio de una idea, pero también noble recuerdo de la patria perdida, de la España lejana; el dolor, en suma, del exiliado. Los poemas de esta época se recogen en Poeta en la calle.

  • Luis Cernuda. Exiliado también, representa una línea sincera y amarga en la poesía española. Sus poemas son fruto de la lucha entre la realidad, cruel, dolorosa, y el deseo vibrante, prohibido por ser homosexual. Su obra se recoge, precisamente, con ese título: La realidad y el deseo.

Otros nombres relevantes de la generación son: Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, etc...

  • Miguel Hernández, desaparecido en plena juventud en la cárcel de Alicante, donde estaba preso por motivos políticos, ni pertenece a la generación del 27 ni es miembro de la literatura de posguerra. Sin embargo, por la fechas de sus obras preferimos incluirle en el primer grupo. El rayo que no cesa, gira en torno a tres temas clásicos en la poesía: el amor, la vida y la muerte. Las obras posteriores: Viento del pueblo, Cancionero y Romancero de ausencias, etc, dan cuenta de sus preocupaciones políticas y sociales. Los poemas de esta época están escritos en el frente y en la cárcel.

- LA LITERATURA ESPAÑOLA DESDE 1939.-

Al término de la guerra civil, se abre un nuevo periodo en la historia de España y, por consiguiente, en su literatura. El nuevo régimen político implanta una fuerte censura, que durante años, controlará a los escritores y a sus libros. Además, se prohibieron numerosas obras de autores españoles y extranjeros, lo que redujo el caudal de modelos de los jóvenes literatos. También influyó poderosamente el exilio. A él tuvieron que marchar nombres consagrados: Salinas, Alberti, Cernuda... y otros que andaban en sus primeros balbuceos literarios: Sender, Francisco Ayala, Rosa Chacel, etc... . Por si todo lo anterior hubiera sido poco, en los tres años que duró la guerra murieron Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Antonio Machado, por causas naturales y Federico García Lorca, asesinado. En 1942, desaparecía también, en la cárcel de Alicante, el poeta Miguel Hernández.

Los años 40 fueron los de una censura más atroz. En esa década menudearon los libros laudatorios del nuevo régimen, las obras que recordaban el pasado imperial de España y, en general, una literatura de escaso valor. Pese a ello, es entonces cuando publican sus primeras novelas Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester o Carmen Laforet; también en esos momentos descuellan los poetas de la generación del 36: Leopoldo Panero, Luis Rosales, Dionisio Ridruejo..., muchos comprometidos en principio con el régimen de Franco.

En los años 50 aparece una nueva generación de escritores que no había participado activamente en la guerra. En todos los géneros se instaura una literatura comprometida que bordeando los límites de una censura más permisiva, intenta denunciar las injusticias sociales y la falta de libertad. En algunos casos, los propósitos morales conllevan un descuido de la forma y un desaliño general de la escritura. No obstante, surgen nombres de singular importancia:

  • En el teatro: Antonio Buero Vallejo, que ya había representado en los años cuarenta.

  • En la poesía: Blas de Otero, Gabriel Celaya...

  • En la novela, Miguel Delibes, que se había estrenado en la década anterior, Juan Goytisolo, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio...

En la década siguiente, los años 60, los autores se muestran más preocupados por los valores artísticos de la obras. Sin olvidar los propósitos sociales y políticos, conocedores de las corrientes más avanzadas de la literatura extranjera, dan gran importancia al “cómo se escribe”. Autores de épocas anteriores se suman los nuevos escritores surgidos en este momento: poetas como Pere Gimferrer; novelistas como Luis Martín Santos, Juan Benet o Juan Marsé.

Desde los años 70 a la actualidad han aparecido multitud de nombres y de obras. Al desaparecer en los últimos años los motivos políticos que habían alentado la producción anterior, los autores han debido buscar nuevos caminos. Se hace difícil destacar figuras concretas, si bien algunos, como Eduardo Mendoza, parecen ya consagrados.

Figuras importantes de la literatura contemporánea española son, entre otras:

  • Camilo José Cela. Es el novelista más importante de la posguerra. Su visión del mundo es pesimista, pero no exenta de ternura hacia el hombre. La familia de Pascual Duarte, presenta un mundo bárbaro, donde dominan los instintos primarios. Es uno de los mayores monumentos de la lengua castellana, como algunas de sus posteriores obras. La Colmena, no publicada en España hasta 1951, es un amargo cuadro de la vida de personas corrientes en el Madrid de posguerra. De su vasta obra destacan también: San Camilo, 1936, o Mazurca para dos muertos. Recibió el Premio Nobel en 1989.

  • El novelista Miguel Delibes, ha dedicado su obra a glosar la vida rural y a criticar las costumbres burguesas. De la primera vertiente destacan El Camino, Las Ratas; de la segunda, Cinco horas con Mario y El Príncipe destronado.

  • Ramón J. Sender, es quizá el novelista más importante del exilio español. Su producción es muy variada y extensa. Va desde un inmenso documento sobre la España contemporánea, Crónica del Alba, hasta la visión de esa misma España a través de los ojos de una extranjera, La Tesis de Nancy; desde la historia de un conquistador, La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, a una profunda reflexión sobre la guerra civil, Réquiem por un campesino español.

  • Blas de Otero, es el poeta español más conocido de la posguerra. Su obra es un canto a la fraternidad humana, a la justicia y a la libertad. Por ello, como a Gabriel Celaya, se le ha llamado “poeta social”. Algunos de sus libros más importantes son: Pido la paz y la palabra, Ancia, fusión de dos anteriores, y Que trata de España.

  • Antonio Buero Vallejo, es la gran figura del teatro español contemporáneo. Algunas de sus obras: Historia de una escalera, En la ardiente oscuridad..., sin perder la inquietud social, apuntan hacia problemas universales del hombre. Otras como La Fundación o El Tragaluz..., tiene una clara intención política. Un tercer grupo: La Detonación, Las Meninas..., que se ambienta en épocas pasadas, evoca el presente desde la historia.

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