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Іваницька А. Лексикологія іспанської мови.docx
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-íno, -ina: alicantino (de Alicante), santanderíno (de Sán- tander)

-Ita; moscovita (de Moscú), kievita (de Kíev), vietnamita ! (de Vietnám)

V Tendencia o matiz, derivados de sustantivos y de adjeti­vos: ...

-Izo, -Jza:cobrizo (de cobre), rojizo (de rojo)

-ado, -ada: azulado (de azul), azucarado (de azúcar) -usco, -usca: pardusco (de pardo), verdusco (de verde) Cualidad o semejanza, derivados de sustantivos, adjetl* vos y verbos: .

-áceo, -ácea: grisáceo (de gris), oliváceo (de oliva)

-ado, -adar alabastrado (de alabastro), nacarado (de nácar) -anto, -ente, -lento; harapiento (de harapos), mugriento (dé mugre)

-Ino, -Ina: abedulino (de abedul)» azulina (de azul)

-ivo, -iva: nutritivo (de nutrir), adustivo (de adusto),

^ instintivo (de instinto)

\i Abundancia o aptitud, derivados de sustantivos y de ver­bos:

-able, -ibie: laborable (de labor), partible (de partir) •^so, -osa: aceitoso (de aceite), estudioso (de estudio) -udo, -uda: narigudo (de nariz), barbudo (de barba) Relación, derivados de sustantivos;

-al: cultural (de cultura), habitacional (de habitación)

-II: estudiantil (de estudiante), mujeril (de mujer)

-Ista: culturista (de cultera), progresista (de progreso)

§ 19. Derivación nominal

Los derivados con el sufijo -ero, -era pro<^dM del nom­bre, designan: '

Oficios u ocupaciones del nombre o de la mu|^; resero (de res), revistero (de revista). En lá cocina cenaban cuando entró el viajero, la, posadera y. los. suyos. (Cela).

. Lugar; cantera (de canto), potrero (de potro). Pasadá la

vadera, volvió a subir elJerren<i_(E¿cefia).

Recipieñterespecial: frutera (de fruta), papero o panera (de pan). Miranda encendió un cigarrilo y dio una vuelta por la habitación, buscanda un cenicero (Traviesa),.

Arbol: almendrero (de almendra), datilero (de- dátil). Todo se lo contamos a Leticia que nos estaba esperando debajo del limonero del patio (Gortázar).

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Caracterizaciones personales: ventajero (de ventnja),' matero (de mate). Sonaban en las otras barcas el ritmo tíui» rrero como fondo de una canción marinera y meianc(^lc8' (Umbral). :

Nacionalidad u origen (gentilicios): pampero (de patii* pa), sabanero (de sabana). La niña ranchera abraza al ma» rido en el fondo de la sala, y lloriquea la tropa de chamacoSf encandillándose a la falda de la madre (Valle-Inclán). ' Adjetivos dotados de cualidad: traicionero (de traición),’ pesquero (de pésca). El indio pasaría como mozo carguero por el camino real (Asturias).

Conjunto: cordelera (de cordel), rastrojera (de rastro* jo). El guardia que llevaba la ramalera de! carro parecía -cada vez más encogido y atemorizado (Pavón).

Nombres de cosas: tabaquera (de tabaco), mosquitero (de mosquito). Sacó el chisquero, encendió a la primera CAub). .

Acción repetida: balacera (de balazo), barbechera (de barbecho). Valdivia, que era un terco, volvió con su canta- lera (Ibergüengoitia).

'*'Los sustantivos y adjetivos en -ado, -ada, derivados de' sustantivos, denotan: '

Nombres de objetos: alfombrado (de alfombra), tejado' (de teja). Ya estaban los instrumentos en el tablado (Um­bral). r,-. ■

Lugar, oficina: consulado (de cónsul), costado (de costa). Desde la azotea, se veía la fachada del episcopado (Fuen­tes). -

Posesión o semejanza: esponjado (de esponja), naranja­do (de naranja). Una tarde (recuerdo que era el primero de mayo) poseaba yo por la almenada plataforma de Silly (Alarcón). Llevaba la cara como granizada (Asturias).

Conjunto: proletariado (de proletario), electorado (de elector). Fue a dar en los hilos del alumbrado, que lo reco­gieron y lo echaron sobre un montón de arena (Mollá).

_ Los sustantivos con el sufijo -dura, derivados de sustan- ^

fivos y "verbos, designan: ’

Golpe o herida: apaleadura (de apalear), quemadura (de quemar). En la rajadura del labio, sus incisivos (como dos enormes mocos)adelantaron un filo de risa fría (Asturias).

Resultado de acción: apañadura (de apañar), coladura, i (de colar). Y de un tirón saltaron los botones de la camisa. Una desgarradura (Asturias).

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L

Idea colectiva; arboladura (de árbol), brochadura {de broche): Paulino se rio con todo el cuerpo; sus labios se estremecían y por momentos dejaban ver una dentadura desigual, incompleta (Llosa).

Mecanismo: cerradura .(de cerrar), bruñidura (de bruñir). Se le estropeó la cerradura.

El sufijo -aje agregado a raíces verbales y nominales denota:

Idea colectiva: barrilaje (de barril), cordaje (decuerda).

^ El sol arriba se embebía en las copas de los árboles, traslu- ’ ciendo el follaje raultiverde (Ferlosio).

Acción o resultado: amansaje (de amansar), arribaje (de arribar). ¿Y si nos lanzamos al abordaje? (Umbral).

Impuesto o pago: amarraje (de amarrar), anclaje (de anclar). El hospedaje le salió caro.

Los sufijos -dero, -dera, -deras forman derivados del ver­bo, significan:

* Frecuencia y repetición: tembladera (de temblar), can- taderas (de cantar). La verdad era que Ursula se resistía a envejecer... y fastidiaba a los forasteros con la pregunta- dera de si no habían dejado en la casa, por los tiempos de la guerra, un San José de yeso para que lo guardara mientras pasaba la lluvia (Márquez).

Lugar donde se efectúa la acción: arrancadero (de arran­car), apeadero (de apear). Volvieron a lá puerta del herra­dero y sin más dilación subieron al Ford (Pavón).

Instrumento: batidera (dé batir), exprimidera (de ex­primir). En la i destiladera las gotas caen una tras otra

(Rulfo). ' X , _

El sufijo -dor deriva del verbo, expresa:

Oficios u ocupaciones del hombre y de la mujer, doma­dor (de domar), hacedor (de hacer). Damián, el herrador, le dio a la manivela (Pavón). --­Nombras de objetos, instrumentos: medidor (de medir), cogedor (de coger). Dentro del libro venía una pluma de ' pavorreal, la primera- que yo veía, y él la usaba comio se­- ñalador (Corrazar>r ^

Lugar: marcador (de marcar)^ pasador (de pasar). Cuan­do pasó por el mostrador de la gerencia eran más de las diez (Cortázar).

Inclinación, propensión o hábito: hablador (de hablar),

■ alentador (de alentar). El paisaje era desolador (Pavón). El sufijo -al/-ar deriva del nombre, indica: .

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Gran cantidad de algo plantado o el lugar donde se en* cuentra cierta cosa: naranjal (de naranja), pedregal (de pie­dra). Los yuyales eran tremendos de altos y fuertes (Varela).

Valor aumentativo; dineral (de dinero), portal (de puer­ta). Asustábales, principalmente el dineral que costaría todo aquello (Pereda).

Art)ol (en Hispanoamérica): peral en vez de pero, agua* catal por aguacate. Santa Fe de Tierra Firme — arenales, pitas, manglares, chumberas — en las cartas antiguas, Punta de las Serpientes (Valle-Inclán).

Cualidad propia del nombre primitivo: laboral de la» bor, electoral de elector. Le tenia un miedo cerval a don Genaro (Meza).

El sufijo -ada deriva de sustantivos y verbos, denota:

Conjunto de personas o cosas: nidada de nido), perrada (de perro). La animalada se acercaba en tropel mudo (Qül> raides).

Duración o capacidad del primitivo: bocanada (de bo­ca), otoñada (de otoño). Catalina me ponía delante un pla­to de comida, yo daba unas cucharadas (Soto).

Conducta propia de determinada/ persona o animal: gamberrada (de gamberro), burrada (de burro). Sería una marrañada (Ferlosio). ,

Golpe o herida: cornada (de cuerno), corazonada (de corazón). Junto a la casa sólo había una bombilla en un poste de madera, pero la habíamos roto en pedradas (Az- Piri)- * .

Acción o resultado (fecundísimo en Hispanoamérica): retirada (de retirar), bajada (de bajar). Su mirada vagaba por el espacio de una bóveda muy alta (Asturias).

Los sufijos -azo, -aza derivan de nombres, denotan:

Golpe o herida: aldabazo (de aldaba), martillazo (de martillo). Me vas a dar un cabezazo, criatura (Ferlosio).

Valor aumentativo de tamaño o calidad: rarazo (de ra­ro), timbrazo (de timbre). ¡Y que vasazo de agua me voy a meter ahora mismo! ¡Como una catedralT (Ferlosio).

Valor despectivo: manaza (de mano), vistazo (de yista).—j ¿Y cómo dejan pisar el verde? aquí, en cuanto te descuidas, ¡multazol (Vicente)..

Varios objetos: gallinaza (de gallina), linaza (de lino). La mujer les encargó un poco de hilo de remedio y algo de azúcar, y de ser posible y de haber, un cedazo para colar el azote (Rulfo).

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Los sufijos -erío, -cría derivan del nombre y sirven para desifjiiar:

Nombres de establecimientos, lugares de venta o traba­jo: secretaria (de secretario), fiambrería (de fiambre). El almacén de la guantería estaba en la planta superior (Um­bral).

Nombres colectivos: papelería o papelerío (de papel), rancherío o ranchería (de rancho). Un buhonero se acerca a la puerta y ofrece su mercadería (Azorín).

Calificación de una conducta: chusmería (de chusmo), politiquería (de política) — promesa engañosa. Decía que los retratos eran^'cosa de brujería (Rulfo).

Los sufijos -ón, -ona derivan de nombres y verbos, forman adjetivos y sustantivos que designan:

Agente de la acción: aprovechón (de aprovechar^.-mr-'- rón (de mirar). ¡Qué preguntón es usté!— exclamó soltan­do de nuevo la risa (Gallegos).

Acción rápida o brusca: empujón (de empujar), tirón (de tirar). Pedro pegó un empe lón a Roque (Molíá).

Valor aumentativo y despectivo muchas veces: goterón (de gota), hombrón (de hombre). El poeta pálido, de ojos huevones y desabridos declamó... (Candel).

Instrumentos, otros objetos: abitón (de abitar),, podón (de podar). Repasó una y otra vez la jerga sobre los tablones húmedos del piso (Rulfo).

Los sufijos -udo, -uda derivan de nombres, denotan:

Cualidad exagerada: copudo (de copa), velludo (de_ve- lio). Dentro del portal, se limpió los pies en un felpudo ma­rrón y verde (A va los). '

Valor despectivo: narigudo (de nariz), prosuda(derpro-- sa). El inglés sin vacilar extendió su grande y membruda mano (Valdés). - . "I".-.

EJERCICIOS PRÁCTICOS

^T^Determínense el procedimiento formativo de las siguientes

palcas: - 1_

Echacantos, autosej^j^ó,X^graldino, ag^¡estas„; ra- bich?^ damajuana,'^^ondMi^mes-, cristali@ rubialés, frescales, traspatio, monologar, cholerío, cueriíagotas, cla­rividencia, tomillar, cafetín, radioescucha, radioteatro, desgreñadura,. contracandela, manda más.

H. Fórmense los diminutivos de:

Banco, agujero, luz, pan, palo, ramo, camión, ventana, bestia.

l lt. Fórmense los colectivos a base de:

Maíz, tomillo, manzano, piedra, veinte, ciento, boj,

oliva, algodón, olmo. ,

  1. Búsquense tres ejemplos más para cada caso:

-able (aptitud, posibilidad): notable; .

-ado (empleo, semejanza): acercado;

-oso (abundancia, inclihación): arenoso; '

-eo (acción repetida): zapateo; ‘

-dura (colectivo): dentadura;

-ista (profesión, inclinación): progresista;

-eda (colectivo): fresneda:

:azo (golpe): palazo; •

-era (nombre de cosas) cafetera.

  1. Fórmense serles derivadas a base de:

t

Aserró, hierro.

  1. Fórmense derivados con los sufijos -ón, -azo de:

Amigo, aprovechar, preguntar, empellar, memoriar, empujar, maza, puerta, mano.

vil. Fórmense ios derivadas colectivos de:

Indio, hierro, rosa, eucalipto, ramio, pino, ladrillo, roble, estudiante.

  1. Fórmense los adjetivos derivados de:

Mano, tinta, abril, caricatura, miel, servicio, harapo, mover, adular, disponer.

  1. ^Fórmense los sustantivos-agentes de la acción de:

C¿ia,

masaje, piedra, camino, cargar, miniatura,

flauta, enfermo, beca,-patrulla. -

X. Fíjense en las acepciones del sufijo -ada, tradúzcanse las frases al ruso:

1. Al final se veía la riada de la Gran Vía, atiborrada (Mollá). 2. Ladrillo va ladrillo viene; llenando las espuertas de grava a paletadas; turnándose con Enrique en el manejo

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.. y.

ele la grútí, liu Iwrai de trabajo se pasaban bien (Molla).

  1. jCómo, qulinl — gritó Alejandra—, ¿acaso crees que a humanidad 110 es unu pura chanchada?fSábato). 4. Se ha­bía tomado una aucliarada del elixir estomocal y parecía satisfecho (Rubio). 5. Como si.esperase esta señal, una ban­dada de mirlos se posó en la barranda del balcón (Murcia­no). 6. A una voz, daban todos un par de brazadas y el gran cartel se izaba un metro, deslizándose por la fachada, pa­seándose triunfal mente por la parte terminada de la obra (Mollá). 7. Una cornada Feroz y no un alambre agudo, hab­rían hecho de él un héroe en lugar de un amargado (Murcia­no). 8. Llegó el p«rlodo de las salvajadas (Valdés). 9. El viajero está medio dormido y da un par de cabezadas mien­tras pasa las hojas (Cela). 10. Me di cuenta que acababa de decir una burrada, pero ya era tarde (Murciano). II. Usté- des andaban compadreando por ahí entre arrieros y con la mensurada que no iba a dar los revólveres (Varela). 12. Don José le midió de arriba abajo con una mirada-despectiva y soltó una risotada (Gallegos). 13. Alguien habría estado avizorando su llegada, porque cuando estuvieron cerca de la casa grande denotaron movimiento de gente (Varela).

  1. Una oleada de color le sube a la cara y le calienta hasta las orejas (Medio). 15. Cuanto había previsto confusamente, en esas corazonadas oscuras que nunca fallan, lo conocí con todos sus detalles (Mollá). 16. En cambio, salvo Lorena — que no lo iba a descubrir — a nadie le había contado que en las costas-del arroyo^Tranqueras, a unos ocho leguas de Santa Rosa, vivía Lindero Peña, un amigo capaz de cual­quier gauchada i(Gravina). 17. El señor Francisco da una palma da-(Medio).' 18. El ya no era el mismo qufe había es­tado a punto de matar a Benita de una puñalada (Gravina).

  1. La mirada de Moreíra, de sospechas, se fijó un rato allá donde la selva era tragada por lo que hiciste (Medio).

  2. Suena en el noble, en el viejo reloj de nogal y la última campanada de una alta hora de la noche (Cela). 21. Juega muy bien al fútbol y su patada es violíslma (Llosa). 22. En \la Mancha,ocho kilómetros; estar cer­ca equivale a estar a distancia de dos kilómetros; estar müy' cerca vale tanto como expresar que aún nos queda por re­correr un kilómetro largo (Azorín). 23. Bajo de Guía se lla­ma la barriada de pescadores de Sanlúcar de Barrameda (Sa­linas). 24. Como la cochería comenzaba a despertar tem-

[prano, a fin de presentarse para el tren de la madrugada^

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r

encontré el portón abierto y a Remigio, un muchachón de mis amigos, entre la caballada (Güiraides). 25. En torno al fogón, casi apagado, concluía de matear la peonada y 11 gué tres amargos que me despertaron un tanto (Güiraides) 26. A pesar de mi fatiga no pude dormir la siesta, pensando en cómo tiaría para asistir a la domada (Güiraides). 27. Ta vez le pareciera una excesiva calaverada para dos paisanos eso de almorzaren la “Fonda del Polo" (Güiraides).28. De> cían cada pavada sobre el barco que hasta yo me daba cuen­ta (Qjrtázar). 29. El azar me llevó tiasta ellos una mañana de primavera en que París abría su cola de pavorreal des pués de la lenta invernada (Cortázar). 30. La plomada — lo comprendí— era el gran instrumento secreto de aquellos hombres, su talismán (Mollá). .

  1. I. Expliqúense la plurivalencia de los sufijos -ero, -era en las palabras en negrilla, tradúzcanse al ruso:

I. Frente a la calle del mar, en la ría, se balancean los barcos pesqueros (Salinas). 2. En la orilla de enfrente, donde está el faro, en el monte bajo de Onana, hay un vele­ro (Salinas). 3. Jornaleros: España, lotna a loma es de gaña­nes, pobres y braceros. ¡No permitáis que el rico se la coma, jornaleros! (Hernández). 4. Cerca de Sevilla, al sur, empieza el estero del río Guadalquivir; llega hasta el océano Atlán­tico (Salinas). 5. Tiene una calle larga» blanca como un re­guero de azúcar cande (Salinas). 6. El navio es un carguero alemán con matrícula de Hamburgo (Salinas). 7. La tefide- ra responde a las preguntas de Armando (Salinas). 8. Tam­bién hay trajes camperos y de luces, monteras y zapatillas (Salinas). 9. La nina apoya los pies en la cantarera vacía que lleva el animal (Salinas). 10. La primera mirada del sol me encontró barriendo los chiqueros de las ovejas, con una gran hoja del palma (Güiraides). 11. Encantado puse )ava al fuego, activé las brasas y IJené el poronguito en a yerbera (Güiraides). 12. El pulpero se agachaba para es­cuchar el pedido, como perro frente a una vizcachera (Gü* iraldes). 13. Petrone imaginó que-dei- o^tfo^-lado habría también un ropero y que la señora de la habitación pensaría lo mismo de la puerta- (Cortázar). 14. Al entrar al hotel no había podido dejar de ver el tablero de las llaves, donde faltaba ya la de la pieza de al lado (Cortázar). 15. Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera (Cortá­zar). 16. Las nubes, en el perfil abultonado de los árboles

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cumbreros. formaban bolsas y curvas sucias (Aub). 17. Sólo el agadón podrido, a la entrada del campo, con su agua neg­ra, camino de la ladrillera y los cinco chopos que rodean la noria son otra cosa (Aub). 18. Van por él los camilleros (Aub). 19. Se velan algunos grupos tumbados en los linde­ros de la carretera (Aub). 20. Pero ia dicha no dura lo que tarda un aguacero con sol... (Asturias). 21. Chino viejo, por una talanquera, hacíale al patrón señas con la mano, (Valle-Inclán). 22. Y doña Piedad deposita su mirada so­bre el brasero de bronce, tan brillante en su tarima, y sobre el repostero con las^rmas familiares, colgado entre los bal­cones de la sala (Vicente). 23. Seis hombres se ocupaban de la hormigonera, mezclando la piedra, el cemento, la arena y el agua en el cazo giratorio (Moliá). 24. Había sido juga­dor, comerciante, ganadero, soldado y una porción de cosas más (Baroja).

(^xu) Sepárense en este fragmento las palabras formadas con los snfiios: a) nominales; b> colectivos; c) verbales; tradúzcanse al ruso; -

Una vez cruzado el puente sobre el Brazo de la Torre comienza Isla Mayor.

El Cortijo de Rojas, Co^o de la Vega del Rocío, queda / ^

a la izquierda de la carre^^ entre una pequeña '

Se ve una ring^^ d&, hineos _y los anejos de la córti^a^ .

Una vacád^ de garl^^Tetintó pasta ti-as el ceccá^ ^

JúntoVun v^ril ün hombre arrea ama i^aSa de ca^^^e, ^ mellos. Los viajeros sor^emjjidp^cí^^riá vozalpasto^^ -

El pastor se detiene en la nijíiela y cuenta a los caminantes que el camello no es animal extraño en las Islas. Que los hay desde Coria a él Püntál: Pero que en verano es cosa ira- ra el verles porque ios tienen encerrados en las cuadras. , .

En invierno pastan en las barbicl|w^

Al parecer del pastor. los camellos^n mejor resultado ^ que las caball,^H^ pueden llevar más carga, resisten más.; - - -

  • En el Coto Oñano es donde hay má, los hay a cientos allá pá el Abalorio. -

  • ¿Dónde los lleva usted?

  • Pá la cuadra otra vez- El capatá me mandó que los paseara mientras los compañeros limpiaban los corrales. •

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rf-

'W|

El came!lé^)krrea a las bestias y éstas emprenden trote por la vereda que va al cortijo. Son animales de^|«i5 alza da y largo trotar. Pronto se pierden entre la arbolee

Las espigas de arroz, altos ya, verdean entre loscanat

(L. Salinas. “Por el rl <3Í’a/9*l

XI11. Determínense los valores del sufijo -dura en las sigu^ entes oraciones, tradúzcanse al ruso:

' 1. No obstante, el rostro se perdía en una tenue esfuma- dura (Sábato). 2. Tras la mojadura y la huida a nado o remo, las fuerzas, al día siguiente, volvían a estar igualadas, (Umbral). 3. Nuestras cabalgaduras tuercen, tornan a tor-| cer, a la derecha, a la izquierda, entre encinas, entre cha­parros, sobre las lomas negras (Azorín). 4. Se ve la desera-^ bocadura del Guadalquivir y, en frente, la Punta deMalan- dar del Coto'Oñana con sus pinos juanraraoniaoos (Salí-, na's). 5. No puede más que hablar con Gonzales, el albañil j de tranvía, levantárle la esperanza y ofrecerle una sonrisa i y un cigarro de picadura (Salinas). 6. Un carro, arrastrado! por un tractor, va marcando su rotadura en el polvo del ca­mino (Salinas). 7. Don Segundo seguía chupando la bombilla | y ya había yo cambiado dos veces la cebadura (Güiraldes).i 8. Me fui a mi cuarto a buscar el álbum de las estampillas, y todo el tiempo pensaba que la madre la iba a retar a Lila y que a lo me pr estaba llorando o que se le iba a infei;.taE. la matadura como pasa tantas veces (Cortázar). 9. El brazo! casi no le dolía; de una cortadura en la ceja goteaba sangre por toda la cara (Cortázar). 10. María y Dan viven del otro: lado de la desembocadura, que no se aícanza a divisar desde hace dos meses y que posiblemente Duff no volverá a veri porque su vista, que fue bueña, alcanza menos y aun en junio hay que tenerla fina para distinguir la otra orilla (Aub). 11.— ¡Este gallo es el que nos trae torcidural Ani­mal más feróstico (Asturias). 12. Y así empapados por la lluvia y por las salpicaduras del agua del mar, bastante -agitado, legamos hasta el desarmado parapeto de-los-ba­ños, cuyos desnudos horcones e inclinados techos veíamos destacarse a veces con la luz de los relámpagos sobre la su-1 perficie del mar, iluminado tan deslumbradoramente, que semejaba inmenso receptáculo de fundido estaño (Meza).

  1. Levanta la vista; detrás del teniente hay una cómoda, la superficie es de mármol y las empuñaduras deles cajo-■

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ues de metal (Llosa). 14. Aunque algunas sufrieron calentu­ras y a varias se les infectaron las picaduras de los mosqui­tos, la mayoría demostró una resistencia inquebrantable frente a las dificultades más penosas, y aun a la hora de más calor correteaban en el jardín (Márquez). 15. Juanito corrió y trajo un clavo. Lo colocó en una hendidura y lo aguantó mientras Pedro soltaba mazazo tras mazazo (Mol­la). 16. Muchas noches creí oir un rumor apagado de faenas de martillazos, de raspaduras, de engranajes, de canciones .(Mollá). ^

  1. Sepárense la/palabras con los sufijos -dero, -dera, ■deras explicando su valor, tradúzcanse ai ruso:

I, Rondábamos los tres o cuatro embarcaderos que, al ¡aso del río por la ciudad, despegaban su tinglado y su floti- la de barcas a la sombra de los solitarios merenderos con frescor de un árbol y humo de una sola trucha quemándose en lá’homilla (Umbral). 2. ¿Para qué esta plata labrada — bernegales, bandejas y tembladeras — puesta en los apara­dores de tallado nogal? (Azorín). 3. En el apeadero de Gel- ves unos niños de cara sucia pintan con carbón las paredes de la pequeña estación (Salinas). 4. Por una puerta interior se ve un patio con una parra y un pozo. El pozo con una enredadera de rosas (Salinas). 5. Primero un oJor a pantano, ya que a la izquierdá de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no volvía nadie (Cortázar).

  1. Los OJOS bolsoriudos del señor Tomás temblaban como los de un animal caído en la trampa al resplandor de los fuegos que se regaban en revueltos ríos de oro enloquecido por la sopladera del viento, entre los chiriviscales, las pinadas y los demás palos (Asturias). 7. El pozo esteba junto a la , pared medianera, y al lado mismo, en un poyo de cemenfo, se veía un fregadero, un piloncillo de piedra labrada, cort platos y pucheros de barro, algunos con lañas (Rubio).

  1. El pozo tenía un brocal de tinaja y, sobre la tapadera de» tablas, uñ gran pedrisco aseguraba el que Rosario ni pudie­ra echarsé"cómó,“’ségún'1mé dijo des^&'SoíécTád; había hecho ya en una ocasión, unos años atrás (Rubio). 9. El espectáculo de lás enredaderas de sombras y luces que es­calaban los troncos de los árboles o se cimbreaban en las ramas, lo divertía (Llosa). 10. El Tirano, sentado en eí pop miradero de los frailes, esparcía el ánimo cargado de cuidados (Valle-Inclán). U. La mayor diversión de Anilla

la Manteca, cuya fogosa y fresca juventud fue manadera sin fin de alegrones, era vestirse de fantasma (Jiménez).

  1. Por un desfiladero bajaron corriendo a pie (Asturias).

  • En el futuro tendría que tomar el Expreso, descender en| el paradero de la avenida Wilson y, desde allí, lomenos^ diez cuadras hasta la avenida Arica, pues «La Salle», aun*! que es un colegio para niños decentes, está en el corazón ■ de Breña, donde pululan los zambos y los obreros (Llosa).,

  • Sentado en su dormilona de cabecear antes de acostarse, ^ paladeando a sorbos, una tacita de té, supo don Casuali-- dón, por una de las visitas, que un compañero que tenía a su cargo la parroquia de indios de esos que trabajaban en < los lavaderos de oro, pensaba renuncia, por falta de salud? (Asturias). 15. En su imaginación saltaban,, como en un. surtidor, coladera en que el agua parece una risa, las pepi­tas y las arenas auríferas (Asturias). 16. Densas humaderas oscuras ennegrecían rápidamente el horizonte (Baroja).

    1. En medio de la plaza había una fuente con su abreva­dero (Cela).

    1. Determínense la idea del su!I]o en las palabras en negrilla, tradúzcanse al ruso:

    1. Respiro cuando mi amo lo hace caer al suelo de un. manotazo (Candel). 2. El niño se acordó de laa palabras del doctor y sintió un ramalazo de pánico (Goytisolo).

    1. El que venía con la gramola la había depositado en la f cuneta, y se estaba contemplando un arañazo en el empeine del pie (Ferlosio). 4. Se oye un claxón algodonado en la dis­tancia. Dos breves clarinazos (Soto). 5. Pera la chiquille-, ■ría, a pesar del cogotazo, no escarmienta; continua sus mo­jigangas saltando y brincando alegremente (Salinas). 6.— Se va a caer de la cama — dijo el enfermo de al lado.— No. brinque tanto, amigazo (Cortázar). 7. Menudo latazo estás, largando. Lo peores que no veo a quien (Candel). 8. No. No quiero nada. Ni darte siquiera el gustazo de verme llorar, q ni de decirte todo lo que te merezca (Avalos). 9. Aunque sabe- -que Eloy-le ha visto,, le da un codazo (Medioy.~l&: Te hasr vuelto cimarrón — decíale la madre, llaneraza todavía, a pesar de todo. (Gallegos). 11-. El señor Framcisco da ua- puñetazo sobre la mesa (Medio). 12. Algunas plantas las rendían a machetazos con golpes certeros (Varela). 13. Mas- de repente vi brillar un arma en su mano, y casi al mismas "tiempo sentí hacia la cadera como la impresión de un alft ‘

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    lerazo (Vaidés). 14. Después fue hacia la puerta de la habi­tación y, sin mirar a Gino, abrió y salió, dando un portazo- (Murciano). 15. Sonó otro timbrazo, ahora más largo, más firme (Murciano), 16. Soledad parecía más guapaza ahora^ con más lustre (Rubio). 17. Su esperanza renacía a cada aldabazo (Asturias). 18. Sudaban con sudor de caballo,, y tenían un olor de carnaza macerada por el sol, y la impa­videz taciturna e impenetrable de los hombres de páramo [Márquez). 19. Según él mismo le contó a José Arcadlo Bu- endia mientras lo ayudaba a montar el laboratorio, la muerte lo seguía a todas partes, humeándole los pantalones,, pero sin decidirse ,a darle el zarpazo final (Márquez).

    1. Del otro lado de la tapia subía el ruido de coches, de frenazos, de gritos (Mollá). 21. A las cinco y siete minutos». Gambo^ tocó un pitazo largo {Llosa)^ 22. -Y-en ese momen­to, cuando el último mázazo de Pedro caía sobre el clavo,, sintió un dolor agudo en el dedo índice (Mollá).

    1. Determínense el oHgen de las palabras en negrilla:

    1. Sabía que siendo ella menor de edad, a él la justicía­lo consideraría un raptor (Gravita). 2. Un asombro sin lí­mites se le entró en la vida. Juan y el otro esquilador tra­taban al patrón y al doctor de igual a igual (Gravina). 3. Un agujero del tamaño de un duro de los de antes ha comido por completo uno de los cuadros rojos y, por el hueco, se ve un trozo dé la mesa (Medio). 4. La luz lunar hi^o brillar las copas de los durazneros de la quinta (Grayina)..5. Los niíios se descubren respetuosos y llenos de miedo. Es el visitador (Lorca). 6^ En medio dé una grán hacienda de la altiplanicie, se hallaba la chozadél viejo-Beltrán, enclava­da al borde del cafetal y junto a un potrero dondé los bueyes pastaban las Btiznasj^secas del" suelo mustio y polvoriento (Dobles). 7. Y los otros, los parceleros pequeños no podían- contar con veterinarios, ni sabían gran cosa de vacunas (Dobles). 8. Gentes pobres, gentes jornaleras, gentes de ma­nos callosas (Dobles). 9. Porque el joniálero, por pobre ’ que sea, se le pasa dé cúalquiér modo, a cóndición de no*

    ‘ faltáríé síi ¿áfé népo'yljiéñ caneñ 10. Y enton“

    ces, desde las ciudades próximas, llegaron comisiones de médicos, dé éilferhiera, de policía (Dtobles). ti. Claudio se seca las marwjs en el delantal, coje la bandeja que hay sobre el mostrador y reparte por las mesas las canas de vino (Me­dio). 12, Y Claudio vuelve a correr desde el mostrador y las

    - 55.


    mesas y desde las mesas al mostrador, tropezando con e camarero y con los clientes que entran o salen (Medio)

    1. Dieciseis años había vagado por los montes, trabajaa* dd como cauchero, y no tenía ni un solo centavo (Rivera)

  • El hastío me hizo acercarme al guitarrista y trabar coa versación con él (Valdés). 15. Y en el porche del fondoJ

    : unas pieles colocadas verticalmente sobre un tendero (Um4

    bral). 16. Sé que hubo alguna balacera anoche, porque se| estuvo oyendo un alboroto (Rulfo). *t

    1. Fíjense en los significados del sufijo-a//-ar, tradúzcaní«l ■ al ruso: *

    1. Estaba oscuro entre los frutales (Gravina). 2. A veces, entre las nubes vagas y soñolientas se ven los montes llenos! de pina res'(Lorca). 3. Verde oscuro en el cafetal, y tamblénf i en los corazones (Dobles). 4. Había en el centro del palmajf

    un tremedal, bomba de fango, donde perecía cuanto s€s| viviente lo atravesase (Gallegos). 5. Una marinita volót . ante nosotros, buscando la sgmbra de los cañaverales (Mur-i ciano). 6. Alzó los ojos y vió cruzar, tras el ventanal de In galería, la sombra de fray Mauricio (Murciano). 7. Un veri derol cruzó hacia los pinares cercanos (Murciano). 8. Puea| bien, este campesino tiene una inteligencia natural due| deja sorprendido a uno (Cisneros). 9. Mediaba la tarde; Olor de ciprizales lavados con agua del cielo (Asturias);

    1. La tarde dominical es tibia y soleada (Sañabete). II: La noche de los albores otoñales madrileños está llena de encan­tos ya olvidados: corre un airecillo suave, brillan nueyaa estrellas en el cielo (Vicente). 12. Juany él salían de nodieí cruzando olivares plateados por la lumbre lunar, orilland las lomas suaves (Murciano). 13. Plinio tomó el aurículai í casi de un manotazo (Pavón). 14. Por aquella cornisa qui

    p corría hasta perderse én el carrascal del otro lado de la cue

    , va, vi pasar a Chico y a su perro pereda). 15. Había junte

    i a una pared, unas vitrinas de cristal con el instrumenta

    , ■ dispuesto, un artefacto gris y brillante (Sueiro). 16. Dondf

    ; había un tupido boscaje, aquí en la llana, hay ahora trigale

    ¡— de regadío,-huertos,, herrenales» cuadros y emparrados.d

    ^ hortalizas; en las caceras, azarbes y ladronas que cruzan 1

    . llanada, brilla el agua que se reparte por toda la vega d '

    I las represas del río (Azorín). 17. Al otro lado, cuando

    i termina el polvo y el viento, los viajeros ven un caballo c

    lín troteando por el pastizal (Salinas). 18. Un tapial se ala

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    i r ■

    i .


    ga metros y metros bordeando el camarcal (Salinas). 19. glla, de un salto, se encarama y sienta sobre el barandal del balcón del séptimo piso, las manos bien cogidas al hierro' horizontal (Aub). 20. Las líne^ nunca andaban bien; su­frían interrupciones con cualquier temporal (Gravina).

    1. Si había luna, las vigas, las columnas, la grúa de lo al­to, adquirían un aspecto fantasmal, y los huecos y rampas de los pisos se llenaban de sombras sorprendientes (Mol á).

    XVlll. Expliqúense el valor de los sufijos en los adjetivos 'derivados, tradúzcanse al ruso:

    Los terrenos grisáceos, rojizos, amarillentos, se descu­bren, iguales todos, con una monotonía desesperante. Hace una hora-que habéis salida de Griptana; ahora, por primera vez, al doblar una loma, distinguís en la lejanía remotísima^ allá en los confines del horizonte, una torre diminuta y una mancha negruzca, apenas visible en la uniformidad plomiza de! paisaje. Esto es el pueblo del Toboso. Todavía han de transcurrir un par de horas antes de que penetremos en sus calles. El panorama no varía; véis los mismos barbechos, los mismos liegos hoscos, los mismos alcaceles tenues. Acaso en una distante ladera alcanzáis a descubrir un cuadro de olivos, cenicientos, solitarios, simétricos.

    Y no tornáis a ver ya en toda la campiña infinita ni un ra­stro de arboledas. Las encinas que estaban propincuas aV Toboso y entre las que Don Quijote aguardara el regreso de Sancho Panza, han desaparecido. El cielo, conforme la tarde va avanzando, se cubre de un espeso toldo plomizo. El carro^camina dando tumbos, levantándose en los pedrus- cos, cayendo en los hondos baches. Ya estamos cerca del ¡oblado. Ya podéis ver la torre cuadrada, recia, amari- lenta, de la iglesia y las techumbres negras de las casas. Un silencio profundo reina en el llano; comienzan a apare­cer a los lados del camino paredones derruidos. En lo hondo^ a la derecha, se distingue una ermita ruinosa, negra, entre arboles escuálidos, negros, que salen por encima de largos tapíales caídos.' Sentís que^üna intensa sensación de soledaí- y de abandono os va sobrecogiendo. Hay algo en las proxi­midades de éste pueblo que parece como una condensaci­ón, como una síntesis de toda la tristeza de la Mancha.

    . (Azorín. * La ruta de don Quijote’).

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    1. Determínense los sufijos productivos en la derivaclóffl verbal, tradúzcanse al ruso; ■

    1. En SUS ojos nuevos rojeaba a veces un fuego vivo, coa bíi mo en el puchero de Ramona, la castañera de la plaza dey lU Marqués (Jiménez). 2. Seguía sonando en cambio, el rittnifl co golpear de la madera contra la madera (Umbral). 3. Tra« la taba, sin duda, de broncear su piel pálida, lechosa (Umbral)* el

    1. Y los ojos de don Silverio llamean un instante (Azorln)B p

  • La luz de la mañana'flamea en sus aguas calmas; brlll^

    €n la vela de un barco de recreo, azulea en sus portillas (Sa^í linas). 6. Mientras Armando se prueba las esparteñas, su| l compañero manosea la pila de sombreros. Los va tanteando t

    hasta encontrar uno, gacho y de baja basta, que encaja a su gusto (Salinas). 7. Estaba estaqueado en el suelo, en un piso de lajas helado y húmedo (Q)rtázar). 8. Era un tipo callado, medio tristón, pero conmigo se franqueaba bastante (Gor­tázar). 9. Pero su herjnano acaba de autorizarme a (tratarte como a uno de tantos (Mollá). 10. Se humedeció los labios y apretó los puños (MoUá). 11. Sin embargo, el golpe de la humanización no modificó su conducta profesional (Már­quez). 12. Me quiso ilusionar de nuevo (Rubio). 13. El sol empezó a esconderse temprano, como a las cuatro dé la tarde, y él acarició su viejo fusil naranjo, con su mango pintado de amarillo, y se puso la gorra. Se abufandó igual que Miguel (Fuentes). 14. Se levantaba de la cama, tren­zando el pelo suelto, sin mirar hacia el lecho desorde­nado (Fuentes). 15. Abrió los grifos y tapaneó el lavabo (Fuentes). 16. Los rostros se suavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difundía por el recinto, a tra­vés de escasas partículas limpias de vidrio: el peligro había desaparecido para todos, salvo para Porfirio Cava (Llosa). 17. El chófer canturreaba ya sin entusiasmo (Llo­sa). 18. La amenaza del desastre llegó a atenazarme (Mo­llá). .

    1. Sepárense las_palabras_^cpn el, ^sufiio ~dor explicando su Idea:

    1. Aquello era agotador y, además, aburrido (Umbral).

    2. Seguimos nuestro viaje a través de España y encontra-, mos por andurriales y cotarros, ásperos y solitarios, otras ventas y paradores (Azorín). 3. Se levanta un encerdecedor clamoreo (Azorín). 4, Armando y Alfonso se acodan en el

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    r

    njostrador (Salinas). 5. Al otro lado de la plaza la acera gsta llena de tenderetes, de puestos de refresco y veladores Je mármol (Salinas). 6. El cobrador se ríe, el marinero tam­bién (Salinas). 7. El aguador, calmudo, camina detrás; lleva el palo de arrear por bajo de sobaco (Salinas). 8. En el marcador del campo hay un anuncio azul y rojo de un taller de reparaciones (Salinas). 9. Los portadores de antor­chas iban adelante, alumbrando vagamente el corredor de paredes mochadas y techo tan bajo'que los acólitos debían agachar la cabeza (Cortázar). 10. Encendió el velador, vió que eran las dos y media, y apagó otra vez (Cortázar).

    1. Cerré la puerta oon pasador y me quedé mirándolo (Cor­tázar). 12. Empezaba a llover, las gotas gruesas estallaban al llegar al suelo con un ruido sordo de ametralladora de plomo (Aub). 13. Una cabeza salió de debajo de un secador que estaba funcionando: una cara muy roja (Gaite). 14. Agu­stín tenía un aspecto amenazador (Mollá). 15. Pasó un re­partidor de telégrafos etj una bicicleta, tocando el timbre sin parar (Vicente). 16. Avanza, despacito, con un dedo en^ alto, amenazador, y cierra el balcón (Vicente). 17. Entrá al desvestidor situado junto a la alberca y volvió a quitar­se, sentado sobre un banco, las zapatillas (Fuentes). 18. Co­mo en la mayoría de las aldeas mexicanas, era difícil saber ¿ónde se escondían sus moradores (Fuentes). 19. La ametra­lladora enemiga también había callado (Fuentes). 20. Y se dejaba estar, bajo un sol acariciador, a pocos pasos de su estudio (Gravina). 21. En aquel lugar de Tacuaras,, los sá­bados a mediodía se reunían los holgazanes y los comerci­antes, los rentistas y los obreros del transporte, junto a vendedores de lotería que toman el sol y se comunican las últimas noticias (Gravina). 22. Un sueño de una pieza, reparador, sin visitas que entran por los.espejos y se yan- )or las ventanas de la nariz (Asturias). 23. «La Pantera» lervía de una clientela alegre y gastadora (Mollá). 24. El zapato terrible, como una gigantesca apisonadora (Mollá).

    1. Determínense las acepciones del sufijo -aje, tradúzcanse «I ruso:

    1. No podimos hablar más, porque llegamos a la puer­ta de salida y era preciso montar en el equipaje (Valdés)*

    1. Sin que yo se lo preguntase. Primo me enteró del carác­ter e historia de aquel dulce personaje (Valdés). 3. Caminó

    I

    hacia el garaje y pensó que debía sentir una gran liberac,.

    ón, pero no era así; una sorda opresión se lo impedía (Sáb¿ to). 4. El carruaje desapareció con ellos al trote de los cabj. líos corpulentos en el río de monedas que formaban los arne. ses (Asturias). 5. El marinaje se retira de cubierta y quedi sólo en la popa el timonel (Salinas). 6. Camila se detuvo a l| sombra de un rancho a ver cortar café. Las manos de las cor. tadoras se dibujaban en el ramaje metálico con movimientoi de animales voraces: subían, bajaban, anudándose enloque. cidas como haciendo cosquillas al árbol, se separaban como desabrochándose la camisa (Asturias). 7. El paraje era se- vero, de adusta severidad (Baroja). 8. Y salimos de est«

    Casinor otra vez nos encaminamos por las anchas callej; en los aledaños del pueblo, sobre las techumbres bajas y )ardas, destaca el ramaje negro, desnudo, de los olmos que )ordean el río (Azorín). 9. Caía la tarde; los coches han par. tido con estrépito de tablas y de herrajes; yo he emprendido

    la caminata por la carretera adelante, hacia el lejano pue blo (Azorín). 10. El personaje retratado por Alas en su no

    vela, llega a la fonda de la ciudad en un ómnibus desvenci-

    jado, de noche (Azorín). 11. Ha desaparecido el obraje de paños que había en sus orillas; quedan las aceñas que van moviendo las maquillas como en los días pasados (Azorín).

    1. Vemos los puertos populosos cuajados de barcos de todos los tamaños y de todas las naciones, son el boscaje de sus velámenes, son las proas tajantes, con las recias chimeneas; en el ambiente se respira un gratólolor a brea; van y vienen por los muelles hileras de

    carros; rechinan las grúas y las gruesas cadenas de hie-

    rro (Azorín). 13. De la calle la Sierpe a la Plaza deL

    Museo se arrimó a todo mostrador de taberna qué enco ntró a derecha e izquierda en su peregrinaje (Salinas)

    1. Luego dijo en voz lenta, parecida a la de los dobla'

    jes de las películas: «Te he echado tanto de menos, tanto...4 (Gaite). 15. Tirano Banderas, taciturno, recogido ení el poyo, bajo la sombra de los ramajes, era un negro garabatíju de lechuzo (Valle-Inclán). 16. Plinio quitó la gorra, se lojó el correaje, tumbó el sable sobre la hierba y dijo a don

    Lotario con media sonrisa... (Pavón). 17. Golpeaban rápl

    dos, haciendo crujir sus músculos y sus engranajes; fierosi

    brutales, como si estuvieran destruyendo un destino a mena

    zador (Mollá). 18. Ahora ha pasado al gran salón lleno

    contina jes y butacas, en, torno de la larga mesa brillan

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    (,Mollá)- I9' La Osa Mayor estuvo muchas noches apoyada en su estructura, como si se tratara de un andamiaje levan­tando para restaurarla (Moliá).

    1. Expliqúense el valor del sufijo -ón en las siguientes oraciones, tradúzcanse al ruso:

    1. Un silencio especial había invadidoel caserón y per­manecía allí aquellos días (Soto). 2. A la cama, que estaba en un rincón de la inmensa sala, le colocó unos cortinones azules, quedando, de esta manera, como aislada del resto la habitación (Candel). 3. Berto, agradecido a mis bue­nos servicios de aquella noche me procuró en el mercado de fruta un trabajo seme’jante al suyo, cómodo y no mal paga­do, sin más inconvenientes que el madrugón (Umbral).

    1. Algunas mañanas entraba Mathie, uno de los gerentes de la casa, un hombrón alto, fuerte, casi en huesos como cada quisque (Vicente). 5. El calor aprieta ya y Quico y el viajero van sudando gordes goterones por la cabeza (Cela).

    1. Había un hombre pequeño que vivía solo allí, y que lla­maban “el Comandante,,; llevaba una pierna escaloyada y apoyaba el talón en un hierro, sobre el que hacía girar el pie. (Azpiri). 7. Se había situado a la sombra de un barracón que lo resguardaba de la luz lunar y miraba atentamente hacia el lado por donde debía verla aparecer (Gravina). 8- Antes de que pudiese saltar por el alto portón defendido por agudas puntas de lanza, estaría descubierto(Gravina).

    1. Da un empujón a la niña, apartándola de la mesa (Medio).

  • Frente a la iglesia de piedra negriverdosa, donde los ja- ramagos quieren, prender sus florones, está el hospicio humilde y pobre (Lorca)_. 11. Da un pescozón a Claudio (Me­dio). 12. Se quitó de la frente un mechón de pelo rubio, rebelde, al hablar... (Murciano). 13. El toro llegó ágil, bravucón (Murciano). 14. Abrió el cajón de los cubiertos y se la dio (Azpiri). 15. Nos perdimos rápidamente por un lar­go callejón que subía hacia la ciudad, tortuoso y difícil, entre las tapias de las tenerías (Umbral). 16. Un carretón pasó sacudiéndolo todo (Asturias). 17. Sebastián Miranda tiene fama deegoistórr(Azprrt)v 18r-Pasaba el-camión-noc­turno azotándonos de costado con un ventarrón salubre (Umbral). 19. Era un poblachón espacioso y ocre, con una cara de piedra y‘otra de adobe, como una moneda falsa y bifronte, como un sucio medallón a punto de deshacerse entre los dedos (Umbral). 20. Pero Arana no era un soplón,

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    nunca hubo soplones en la cuadra (Llosa). 21. Echó sobro sus hombros el sacón de paño (Llosa). 22. Higinio le dió tin| achuchón y alguien le tiró un puñado de arena que le hlzo ¡ escupir y maldecir (Mollá). 23. El hormigón se repartía en las carretillas para verterlo sobre el entramado de hier­ro que formaría los suelos (Móllá). 24.— Yo voy más allá, donde se ve la trabazón de los cerros (Rulfo). 25. Y no era él un matón (Mollá). 26. Casi todos los hombres iban medio desnudos y se habían puestoicomo tizones (Mollá).

    XXni. Sepárense las palabras derivadas con los sufijos pro­ductivos, tradúzcanse al ruso:

    1. Ya deletreó los dos libracos sin enterarse de gran co­sa; ya le tienen por mayor y le mandan a Castellón, de ap­rendiz en una platería (Aub). 2. En mi duermevela matinal, me malhumora una endiablada chillería de chiquillos (Jl- ménez). 3. Su madre le decía que no se juntase con Roque, porque el Moñigo se había criado sin madre y sabía muchas perrerías (Delibes). 4. La estación del pueblo está a media hora del caserío (Azorín). 5. A la sombra de un ombú, al lado del gran galpón del local, se asab^i la carne para los peones y el pobrerío-(Güiraldes). 6. Calor, moscas, tierra desnuda, pelada; lomeríos cavos, vegetación rala, lomas bajas, tristes; cielo gris, pálido del calor (Aub). 7. "El Monjito* despegó la muleta y su escalera de naturales as-- cendió el griterío hasta el cielo (Murciano). 8. El reducto ^ de Paulino es pequeño, en él caben a lo más una veintena de. cadetes (Llosa). 9. A escasos días del estreno, un linajudo carruaje detuvo sus caballos en el paseo de coches del Re- ■ tiro (Alberti). 10. Sintió en la cara el cuero cabelludo (As-^ turias). 11. Cerró la puerta — el cebolludo mayor se alejaba_ como un globo de caqui — y se fue de puntillas hasta la tras-J tienda oscura (Asturias). 12. Sus tíos eran unos espantajos; bigotudos, con ruido de anillos en los dedos- (Asturias).!

    1. Apretó la mano nervuda del yaqui (Fuentes). 14.Luis; Vera polarizaba la atención de la burguesía y de las gente^ amigas a las que su posición polítjca molestaba (Grayinay ” 15." Te'vengo a pulsear para que alivies (Rulfo). 16. Par-á deando la tarde, aparecieron los hombres (Rulfo). 17. Era^ un solar lleno de hierros y tablones abandonados desde ha:^ cía mucho tiempo, con una caseta de madera azulosa y un almacén medio desvencijado (Mollá). 18. Empieza a amane­cer bajo un cielo encapotado y lloricón (Lera). 19. El barco

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    se oculta entre un cañaveral. Sale, se le Ve de'nuevo en un maizal. La marinería trabaja en' la cubierta (Salinas).

    1. Oetermlnense la categoría gramatical de los derivados (on los sufijos -ado, -ada, tradúzcanse al ruso:

    l. Esperamos que un inglés acriollado llegara hasta nosotros y, después del saludo, hice mi pedido (Güiraldes).

    1. Era un barracón de madera largo y estrecho con una ven­tana tapada con papel aceitado que dejaba filtrar, una luz «soasa y amarillenta (Aub). 3. El injuiciado se encogió de hombros (Aub). 4f Memé eludió la conversación con una risa entrecortada (Márquez). 5. Hacia oriente, el cielo iba adquiriendo una claridad mentolada (Ümbral). 6. El sex­teto fue acogido con una ovación etectizada (Umbral):'

    1. Sus botas estaban gastadas, pero todavía aguantaban (Fuentes). 8. El hormigón se repartía en las carretillas para verterlo sobre el entra-mado de hierro que formaría los sue­los. Higinio y su equipo, con botas de goma y el gancho en la mano, se encargaban de pisotearlo en los encofrados y meterlo por las rendijas (Mollá). 9. Aquí abajo, a poca dis­tancia de la estación, hay un puente de hierro que cruza un río; luego se mete por el costado de una loma (Azorín).

    1. Vi entrar al padre, anochecido ya, un hombre rechoncho, con el rostro "tomo hinchado, barbudo, que dijo “buenas no­ches’ y se fue derecho al corral, para dejar un puñado de grana que traía en la mano (Rubio). 11. Ahora e yaqui es­taba murmurando cosas en su lengua y él se fue arrastrando los pies hasta la cábecera dura, a tocar con la mano la frente afiebrada del indio y escuchar sus palabras^ (Fuentes). 12. Por la calle que enfila baja un gris arremolinado como ventisca de puerto (Aub). 13. La cosa, por otra parte, pai’e- cía fácil: consistía en clavar la pala y echar e bocado de tierra hacia atrás, tirando del mango (Mollá).

    1. Determínense los valores del sufijo -oso en las palabras en negrilla; tradúzcanse al ruso:

    1. Es tierno y mimoso igual un niño, qué una niña...> pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando pa­seo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueb­lo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despacio­sos, se quedan mirándolo:— Tien’asero..". (Jiménez): 2. Ha­bía unas escaleras cortadas en el declive arenoso, con los

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    peldaños casi verticales (Umbral). 3. Se echó encima dispendiosa tarea de atender a José Arcadio Buendía (M , quez). 4. No se sentía bien, y amasaba una pasta salitrosi en el paladar, desde que advirtió que el ejército había em| lazando nidos de ametralladoras alrededor de la plazoleti_ y que la ciudad alambrada de la compañía bananera estab' protegida con piezas de artillería (Márquez). 5. Juan 1 ofreció el pañuelo, verde y salva. Fresca, a seda era una ca ricia para la piel cálida, sudorosa, del rostro (Murciano); 6. La noche era oscura, pero no silenciosa (Pavón). 7. Unoj hombres andrajosos, y en su mayoría encorvados, entraror por ella con sigilo, la cerraron cuidadosamente y empeza­ron a escudriñar (Mollá). 8. Le caía sobre la espalda el abun. doso pelo castaño y andaba bien, balanceando su corta es­tatura (Murciano). 9. Y la senda, la borrosa senda que he mos seguido, desaparece, aparece, torna a esfumarse (Az0‘ rín). 10. Andáis una hora, hora y media; no veis ni un ár bol, ni una charca, ni un rodal de v.erdura jugosa (Azorín).i

    1. La huerta es amena y frondosa (Azorín). 12. El carruaje ha descendido al llano y camina entre frescos herrenales y huertas de hortalizas; anchos frutales muestran los redondos y gualdos membrillos, las doradas pomas, las peras aguano­sas, suaves (Azorín). 13. Cruzaron el Canal con mucha len­titud, temerosos de las piedras que había en el fondo (Pa­vón). 14. Al pueblo y a orillas del arroyo que lleva su mismo! nombre, se entra por una alameda muy bonita y bastante^ frondosa‘(Cela). 15. Apretaba las teclas con pasión, obligán­dolas a darle el sentido de una esplendorosa primavera (La* faret). 16. Y un niño en la ciudad es muy costoso (Delibes).

    1. Una sirena angustiosa horadaba la niebla (Zunzunegui).

  • Bajo su estropajosa cabellera, tenía ef rostro resquebra* jado por una minuciosa red de arrugas, y los ojos, tiernos y azules como los de un niño, brillaban, próximos al llanto (Goytisolo). 19. Sólo anhelaba una cosa; volver a sus ver­des pastos, a su cielo gris, a su tierra montañosa y tranqui­la... ;y tener un hogar! (Medio). 20. Asunción mira a la gen* -te y jsiente que„se._pone, nerviosa (Ferres). ,