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Іваницька А. Лексикологія іспанської мови.docx
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H Muínrr^ t novillos para aficionados; descabellar — Wflf il ííUiííl aiJtepO con la punta de la espada; estocada — son la espada de punta, o con el estoque; tf w (Atlliñldn) ■*■■■ suerte del toreo en que dos lidia- QOfM HlnQñ,9l QApOte cada uno con una mano y citan asi i| tof0j /sWi 60fa hecha éntre dos personas que se turnan;

M íwlRlñei Jergales y humorísticas familiares: para de- itiUfiai partes del cuerpo humano se valen de nom- •Wí m ffUtai! calabaza, melón, mate por cabeza; para los iJWt íáfllparaJt, faroles, tomates; para las orejas: sopladores: pin ftl corazón; el reloj;

j|) tfl il linguaje profesional y la jerga deportivos abun- flin loi préltatnos tales como: gol.réferee. Estos aportes ya SI han lllinliado, presentando los derivados: goleador. An­dando el tiempo las formaciones castellanas vienen despla­tando loa anglicismos de carácter deportivo. Actualmente M Ufan! la inedia — no.ny3amHTa, cpe^Han ;ihhhh; la de- finrn — MtUHTa; el area de castigo — uiTpa^naa n;ioinaAKa; M got di tacón — ro.n hhtkoh.

I 62. Germanfa o argot

Oerinanfa o argot es el lenguaje de los delincuentes. Su léxico comprende palabras nuevas: chuU o chulé — mone­da de cinco pesetas; jebeque— navaja; menda o mi menda equivale al pronombre personal yo\ canguelo — miedo, te­rrón mirla — oreja; piltra — cama;

Se altera la fibrma de las palabras: merar en vez de mo­rir; leparen vez de pelar; chope en vez de pecho; greno en vez de negro. - ^

'' Su léxico se crea medfante cambios semánticos o metá­foras: el mozo rubio significa el sol- estallarse los artejosj\\ú- ere decir crujir las articulaciones-, bueyes por naipes; almag­rar (pintar de rojo) se transformó en matar; plantar— en sepultar.

Se introducen algunos préstamos de lenguas extrañas: gamba (del italiano) significa p ierna; parné — dinero pla­ta; tupé (del fr. toupet) — désfachadez,-descaro.-

§ 63. Dlalectismos

El léxico dialectal no entra en el léxico nacional. Se usa fuera de la norma literaria, se encuentra a nivel del habla, por ejemplo: panoli (del valenciano) — que es contracción

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depfl en o/í —dícesede la persona simple y necia, tonta* gamberro (del valenciano) — gran verro, gran verraco, se usa en sentido de libertino, disoluto.

Su uso en la lengua literaria se debe al objetivo estilís­tico, sirve para realzar elemento del colorido local, poc ejemplo: El Barón de Bonifaz, humeando el veguero,, ves­tido de frac, con la gabina de soslayo, se registraba a la rebusca de una tarjeta (Valle-Inclán). La gabina es sombrero de copa alta.

Se les da a los dialectismos matiz familiar, por ejem­plo: ¿Hay gazuza? = ¿Tiene hambre? Gazuza procede del vascuense . Es un esquirol de toda la vida (Aub).

Esquirol (voz catalana despectiva) significa obrero que sus­tituye a un huelguista.

§ 64. Lenguaje afectivo

El lenguaje afectivo tiene sus propios recursos que son:

La afectividad explícita tiene a su disposición voces o medios gramaticales como son los síffijos afectivos: artís- tazo quiere decir gran artista; poetastro — mal poeta.

La afectividad explícita comprende varias interjeccio­nes reducidas como jah!, jay!, ¡ohl

El uso metafórico de la mayoría de las palabras se debe a la afectividad y está relacionado con el tabú, deseo de huir de una denominación fea a la ironía, a la lisonaja.

Actualmente el adjetivo /or/ni£ÍJ¿/e no evoca su idea propia de terrible} son corrientes expresiones eomo; hay una atrocidad de gente.

. La hipérbole es uno de los procedimientos de la afectivi­dad, por ejemplo^ muerto de frío, moriteñas de cartas; ver crecer la hierba—ser listóV Su amigo'Damián tenía íin cont­rato para Bélgica, para trabajar en una mina con un jornal de miedo, y cuando ya estaba casi punto de marcharse, le habían declarado inútil porque le faltaba medio dedo de la mano izquierda (Mollá). '

§ 65. Eufemismos

Los enfemismos se deben al deseo del hablante esquivar el sentido peyorativo que tiene el vocablo, por ejemplo: al cerdo se le llama de la vista baja. En el uso de los eufe­mismos interviene a menudo varios sentimientos.

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A veces el uso del eufemismo tiene razones supersticio­sas: a la culebra la llaman la bicha. Un tabú o ínterdicGÍón contribuye al uso de los eufemismos: al demonio le aplican demontre, demongo (dialectales).

Los eufemismos pueden llevar al ennoblecimiento del significado, por ejemplo: al gordo le dicen fresco y corpu­lento) al negromorenoi al ciegoprivado de la vista.

Se aplican las palabras del origen extranjero para evi­tar voces desagradables, por ejemplo: Ahora tenía que vi­vir él con toda la familia en dos cuartuchos con derecho a cocina, que no tenía ni water (Mollá).

EJERCICIOS PRACTICOS

  1. Determínense la naturaleza! de estos neologismos según; a) préstamos; b) formaciones nuevas; c) alteraciones semánticas:

Desestabílación, jomada ideológica, distensión, desar­me, anexionarse, fuerzas expedicionarias, piscina cubierta, coexistencia pacífica, Cumbre, países no alineados, carre- rra armamentista, activista, autofinanciación, bar, blof (f infarronada), buldocear, acelerada (aumento brusco de la velocidad de un motor). •

  1. Determínense la naturaleza de los siguientes lecnici- »mos seRÚn: a) préstamos; b) fomiaciones; c) alteraciones semán­ticas:

El claxón — aBVKOBpñ cHrHa;i, el gato — aoMKpar, la nieta — Kpbr;io, «1 silenciador— r;iymHTe;ii>, el arrancador— OTaprep, el depurador —o<iHCTHTejib,el rodaje — oÓKaTKa, el botón de bocina — khourb CHmajia, el parachoques —6y- (t)Cp ynopKWfl, el cardán — KapAaHHbiñ saji, el sistema de nIImentación — cHCreMa nHTaHHH, el sedimentador—ot- CTofttiHK, la guarnición—npoiüiaAKa, el neumático — mH- iiii, el parabrisa — sexpoBoe ctckjio, la lima —HanH/ibHHK, el cortafrío — 3y6H;to, la cabeza de válvula — roTOBKa Mañana, la potencia — MomnocTh, el contrapeso — npo- THBoaec, el cuello de biela del cigüeñal —na;ieu KpHsouiHna, el respiradero — canyn, la boca dellenado-—MaeJioaa^s- iian rop;ioBHHa, el destornillador — OTBepTKa, la caja de velocidad — KopofiKa nepeaaH, el estrangulador—flpocceJib, la escobilla de generador — merna reneparopa, el soporte de apoyo — KpoHmTeñn onopuHH, el puente delantero — nepeAHHñ moct.

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  1. Consúltense el diccionario para traducir al ruso los tecnt* cismos;

La selecciona dora, la amarradura, el arqueador, el en­granaje, el destornillador, la aventadora, el recocido, el exprimido, el envarillado, el intérruptor, la quimización, el castillo de proa, la culata, la bujía, la chapa, el radiador, el gato, la hormigonera.

I IV. Fórmense los^djetivos-términos a Ijase de 'os sustantivos:

Vitamino, urbanista, analgesia, aceptia, electrón,

átomo. . •

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  1. Consultando un diccionario dígase el significado de los términos:

RadiocomunicaGÍón, radiotelefonista, radiotelegra­fista, teleférico (vehículo suspendido de un cable móvil), telefonazo, teleobjetivo, telesilla (asiento suspendido de un cable móvil). *

  1. Sepárense en las frases que se dan a continuación: a) tecnicismos; b) neologismos; tradúzcanse al^ruso;

1. En la agencia de publicidad donde trabajaba como diseñador, releyó la carta, una de las tantas cartas de mamá; sin nada de extraordinario fuera del párrafo donde se habla equivocado su nombre (G)rtázar). 2. El negativo era tan bueno que preparó una ampliación; la ampliación era tañ buena que hizo otra mucho más grande; casi como un afi­che (Gjrtázar). 3. Entonces Bebé ha dicho que iba a preparar unos nescafés (Gjrtázar). 4. Metí todo en el visor (con el árbol, el pretil, el sol de las once) x tomé ia foto (Cortá­zar). 5. Dejamos a secar las placas, y al día siguiénte las pusimos en la prensa, al sol, para sacar las positivas (Baro- ja). 6. Allí podría seguir en postura de autostop (Halcón).

  1. Con la raya de la amanecida, cuando los pájaros comenza­ron a bullir y a piar, Fernanda salió del conche y se alejó en busca de un sitio, que Bruno, entre sueños, dedujo sería para parquear. Pero no,, lo que la. nífía_Fernanda buscaba_ era un claro, sin pasto seco, donde quemar la ropa de Bruno sin riesgo de incendio. No es que oliese mal la ropa — dos mudas de nylón de quita y pon—, le dañaba la vista aquel zurrón de autoestopista y aquellas prendas de labriego cuyo simbolismo no tenía el menor deseo de descifrar... (Halcón).

  2. Pronto se vería otra vez en el gran espejo de la sala, me-

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ciándose muy seriamente en los brazos de Bebé, la rlgidla se apodería de su cuerpo y Pluto afirmaría: “ya está, de nuevo bailas como un robot* (Liosa). 9. Un autoestopista barbado aguardaba eon su mochila en el borde de la cuneta (Goytisolo).

  1. Consultando el diccionario determínense la clase de lo» arcaísmos en negrilla, tradúzcanse al ruso:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero; adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo mas vaca que carnero, salpicón, las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fies­tas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entre se­mana se honraba con su vellpri de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera.

Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que de este caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles se deja enten­der que se llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nu­estro cuento; basta que en la narración de él no se salga un punto de la verdad.

(M. Cervantes. ‘El ingenioso hidalgo de Don Quijote de la Mancha")

VII!. Sepárense las palabras del lenguaje familiar determinando su origen, tradúzcanse las frases al ruso:

K Supongo que se le tenía cierta hincha, no estoy se­guro (Candel). 2. Ahora lo meten a uno en ■el trullo-por cuaL-- quier cosa (Sastre). 3. Tengo mis cosas. No me gusta que me fisguen. Luego decís de nosotras que si somos cotillas (Fer- losio). 4. No prueba el alcohol, y parece que está siempre algo peneque (Vicente). 5. Verás, ya te prestare éste, pero no te chives (Azpiri). 6.— Vamos, que nos va a freir— gri­

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tó a Cubas, golpeándolo en el hombro (Lera), 7. Manuel comprendió: un sablazo. Pero experimentaba un alivio in­finito, un alivio que aquel hombre ni remotamente se imaginaba, que hundió la mano ene! bolsillo del pantalón, sacó un peso y se lo dio (Léante). 8.— lA ver la documenta­ción!— insistió Federico.— Y no me hagas njngún extraño, porque te frío (Lera). 9. Los corchetes están cerca fVallejo). 10. Lucas había acudido junto a la gramola.— Es delica­do. Se chafa por menos de un pitillo (Ferlosio). 11.— Es­tamos fregados, hermano — Martínez le habló en secreto al estudiante. 12. El Loco se retorció sobre el montón de grava y se retorció la nariz.— No seáis gilís. ?No podéis cambiar de conversación? (Mollá). 13. Luci comía su em­panada y la tenía cogida coniuia servilleta de papel. “Usa”" ponía en la servilleta. Le había dicho el Daní: — Estas servilletitas se las mangamos a la casa, ¿no? — Alguna yentajilla hay que tener. Traigo muchas. Coge si quieres.-? Gracias. Pues yo, yo paso por allí bastante a menudo y nunca tengo la suerte de pillarte despachando. ¿A qué hd^' ras te toca? (Ferlosio). 14. El automóvil pasó despacio por |1 trozo en reparación. Los obreros de la cuneta lo miraron con curiosidad.-^ ¡Vaya gachí! — dijo alguien (Aldecoa).

  1. Para nosotros los chicos eran el terror. Nos insultaban, nos apedreaban, deshacían nuestros huertecillos de piedra y nuestros juguetes, si los pillaban sus manos (Matute). „

  • Y a la salida pillé unas anginas como para mf solo (Trigo). 17. Me daban ganas de partirle la jeta de un revés, por que no siguiera tomándome pal churrete,pero m,e con­tuve (Cortázar). 18. ^1 Metro ya estaba cerrado y .había ' de pilfar un autobús — el último — que le dejaba eñ las afueras de la ciudad (Mollá). !&.—Tenga cuidado, el río tiene agua traWora Hay “joyas* de las que no se pue sa­lir. Hace poco se ahogó un arocero, le tuvieron que sacá con ganchos (Salinas). 20. “Todo es muy bonito, pero el gerente ine macaneó’, pensaba Petrone al salir de su cuarto (Cortá-

    - zar)-. 21-.— ¿D¿-qué te ríes?—Dfr tí. Que estás -un poco mocho esta mañana (Ferlosio). 22.— Mira,Tito;noles pies, ahora. Lo primero eso ¿Eh, Luci?, como se ponga burro lo expulsamos, ¿qué te parece? (Ferlosio). 23.— Será el otoño — dijo Fernando. Todos habían vuelto como antes y el hombre de los helados despachaba otra vez.— Si, es otoño — dijo Meli.— ¡Qué más quisiéramos! Ojalá fuese el otoño fetén (Ferlosio), 24.— Buen chico éste.— Un poco

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    i

    blanco, pero bueno. A carta cabal (Ferlosio). 25.— ¿Papa, tt flusti mucho fumarte ese puro? — preguntaba Petrita.— SI, niji mía, como a tí el pastelito que te acabas de zampar (Fwloilo), 26. El carnicero y Chamaris se mondaban de rlM.— |Ay qué Carmelo éstel ¡Es tronchante, qué tío!

    S

    Ñfloiie)> 27. La ambulancia no frenó. El del autobús, impOC©! porque con eso de los frenos potentes estabamosca

    dtla# qué It sacaron de la espalda un paraguas de señora ^US M 18 habla incrustado en un frenazo. El de la ambulan- |iii que il*mpre le había tenido “manía’ al “biscuter*, fiuWifi dado cuallquier cosa porque hubiera sido uno de

    , i IIÍM *automoblllnes' (Gila). 28.— ¿Cuáiido piensas cam- I blar Utai cangrejo por un cacharro decente? — le gritaba MíUflOlO en ta ventanilla, mientras el otro recetaba para

    ponif |l cocha a la sombra (Ferlosio). 29. Los mayores era ■ll|^ wrradoi de mollera (Molla). 30. A causa de esas cha-

    ' BUSll ha altado ya dos veces en chirona por una quincena (RtljWiPi). 31. A mí no me toma el tupé ese fulano (Regue- ; Bueno. ¿Y qué hay de aquel panoli que te llevas-

    ilr (Raguara). 33. Es que no carburas, hijo, eres un caso (Vííintt). 34. Dense cuenta, con lo fácil que era decir Ló- piX O Fernández, pero con un balazo en ej coco a cualquiera M li doy (Cortázar). 35. Tú, y que yo, para esas cosas, ten- (Ip un pejquis que nunca me falla (Reguera). 36. Había muy buenas gachís, claro, y deseosas de bendiciones, pero... (Vlcante). 37. [Chico, que mala uva tienes! — dijo acercán­dola de nuevo (Reguera). 38. IGacho, que te duermes! — exclamó uno arrébatándole lá bota (Reguera). 39. Catalina y Anselmo apañaron una curda (Reguera). 40. — Un buen nombre bastante tostón — bromeaba Torres (Reguera). 41. Sableaba a la gente, se las pasaba pidiendo plata a don Fermín que ya la había ayudado tanto, una desconsiderada (Llosa). 42. ¿Es qué te has vuelto gilí? (Reguera).

    1. Sepárense en las frases que se dan a continuación ele­mentos del lenguaje: a) literario; b) emotivo; c) diaiectismos; tradúzcanse las frases al ruso:

    1. Volvió^álñrrafmé con recóndita ironía, pero no me dijo nada más; excepto que iba a hacer las indicaciones (Sá- bato). 2. En el subte, observando con interés compasivo a un colegial que se esforzaba por parecer un crápula, Medrano trazó un raya mental al pie de las actividades del día y las encontró buenas^ (Cortázar). 3.—Este es el más mimoso de

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    los tres — dice la abueja—.Siempre lo verá usté con ziri­gañas (Goytisolo). 4. Pronto se vio rodeado nada más que de populacho madrugador (Clarín). 5. Daniel titubeaba y al fin se encaminó nuevamente hacia el grupo. ¿No lo ves como acude? — se reía Sebastián. — Si no falla. A este no tienes más que enseñarle la botella del vino y te obedece corno un corderito (Ferlosio). 6.— ¡Vesten! — dijo con im-' perio a Batiste, avanzando una mano amenazante hasta jpzar su rostro.— ¡Vesteno te mate! ¡Irse!.. Esto es lo que deseaba Batiste, cada vez más pálido, más arrepentido de verse allí (Ibánez). 7. Teresa luchaba con el marido, que, repuesto de su dolorosa sorpresa y agijoneado por el inte­rés, que hace cometer locuras, quería meterse en aquel in-.,, fiemo. Un instante nada más; lo indispensable para sacar ^1 estudio el saquito desplata”', producto de la cosecha (Tbáñez).

    1. Sepárense las palabras del lenguaje coloquial y familiar: tradúzcanse al ruso:

    1.— ¿Qué es esta matadura que tienes^ — le decía. El _^tro encogía la pierna.— No me aprietes que duele. Del )artido.— ¿Cuándo? — El domingo pasado en el campo a Elipa. Contra los de F. E. R. S. A.— ¿Ah, sí? ¿Cómo que- |Jásteis? — Se terminó a tortazos a la mitad del primer ti;;^ empo. Sebastián se reíar — ¿Y eso? — Pues ya ves, lo de siempre. Eran algo animales. A bofetadas Ies pudimos; hubo un reparto bastante regular — movía lá mario derecha en el aire, en signo de paliza.— Se acaba siempre así. No siendo que haya una pareja, para_ imponer respeto,—Y eso cuando se les respeta ¡ que rio es siempre, tampoco. Tam­bién hay sus desmandos, a las veces.— ¿De modo que os disolvisteis a curritos? — A ver. Luego jugamos un amisto^ _so nosotros y nosotros.'Sacamos dos equipos, metiendo a "unos cuantos-de los que habían venido a ver. Los de la F. E. R. S. A. se marcharon con viento fresco dijo San­tos (Ferlosio). 2. Santos lanzó la lata y Miguel la blocó en el aire y la miraba^:—^¡-Pera no me-matesf — exclamó — Lo que me suponía. ¡Sardinas! ¡Tiene sardinas el tío y se calla como un zorro! ¡No me creas que no tiene delito! —. Iniraba cabeceando hacia los lados.— ¡Sardinas tiene!— dijo Femando—.¡Que tío ladrón! ¿Para qué las guardabas? ¿Para postre? — Hombre, yo qué sabía. Yo las dejaba con vistas a la merienda.— ¡Amos, calla! Que traías úna lata

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    e sardinas y te has hecho el loco. Con lo bárbaras que es­ánde aperitivo. Y además en aceite, que vienen. ¡Eso tiene ■enalty, chico, callarse en un caso así! ¡Penalty! — Pues 'O no las perdono — dijo Fernando—. Nunca es tarde para aeterle el abrelatas. Echame esa navaja, Sebas. Tienes ab- elatas, ¿no? — ¿La navaja de Sebas? ¡Qué preguntas! ISO trae más instrumental que el maletín de un cirujano.— /erás qué pronto ^brimos esto— dijo Fernando cogiendo a navaja.—A mí no me manches, ¿eh? — le advertía v\ely.—Ojito con salpicarme de aceite (Ferlosio).

    I ■

    1. Sepárense los elementos del lenguaje deportivo, fijándose ;n su origen; tradúzcanse al ruso:

    Era un futbolista muy educado. Se llamaba Basilio,

    (11 todos sus compañeros les hablaba de usted, y siempre mtcponlendo al nombre de cada uno el don. Jamás pasaba jn balón diciendo “Tuya, macho’ o “toma, Guiti', él de- :1a COMS poco más o menos así: “Esté usted al tanto don Mirado, que voy a pasarle el balón*, y entonces iba y lo OBMba. Daba gusto Jugar con él o contra él, porque tanto de ina forma o <ie otra, su educación estaba^siempre por de- intt da todo. '

    Bn una ocasión, Basilio, avanzaba con la pelota hacia la prtlfla oontrarla. Un defensa le salió a! paso, y metiendo lll 660 Intanclón de detener el avance de Basilio, le dió paUdit de carácter leve, pero que al fin y al cabo era Hi lltidl. El árMtro señaló penalty, y se armó la de San Protestas del equipo sansionado, empujones al 'Fifrí). Imultos y tacos. Se llamó al delegado de campo, jUljSQBlO llampre no había visto nada y se limitó a pregun- If I ünoi y a otros. Los jueces de línea no quisieron ni acer- y loi do* hombres del botiquín salieron s lo que sa- l|n|iíllflpre los del botiquín: a que beban agua todos los' mwllftaa menos el lesionado. Todos, absolutamente to- tei gritaban como salvajes’, todos menos Basilio, que tra­lla de calmar los ánimós.

    Paro ¡por dios! — decía,Basilio^,,—sj no ha sido nida... Y enseñaba el pie.

    Uno de los del botiquín, le habló al oído;:

    •— Tírate al suelo, y di que te desmayas. Seguro que

    valdrá un penalty.

    •— Pero es que yo no puedo hacer eso — se disculpaba Basilio.-Es una mentira y ¿ mí me han enseñado a no mentir.

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    El delantero centro de su equipo se acercó a Basilio.

    • Déjate caer al suelo y retuércete. Si no, no nos vari a dar este penalty.

    Basilio estaba sorprendido; no comprendía aquel afán de mentir.— Es que en realidad no siento molestias, don Luís. ■

    Sin saber cómo, Basilio se encontró en el suelo, pero rá­pidamente con su agilidad de buen deportista, se levantó de nuevo. El árbitro se acercó a Basilio.

    • ¿Que ha ocurrido?

    Basilio dejó asomar una sonrisa de simpatía. Iba a de­cir que no había ocurrido nada, pero temió ganarse la ene- ;

    mistad de sus compañeros de equipo y dijo: i

    • Pues... yo... tal vez haya sido falta, pero nunca ?

    "■con alevosía. Yo creo con un tiro indirecto... ya...

    El portero de su equipo no le dejó terminar:

    • Ha sido penalty. Lo he visto;yo. Precisamente esta­ba mirando en ese momento. !

    El defensa que había cometido la falta, se fue hacia el portero. ^

    • Tú eres un imbécil... . <

    • ¿Yo imbécil?' Y tú un...

    Basilio intervino:

    • No se pongan ustedes así... Vamos, don Ramón — dijo dirigiéndose al portero — no hay que tomar las cosaá por la tremenda... Tal vez exista la falta, pero no en una proi porción que alcance el penalty. Si el castigo resulta exageS - rado, estos señores que han venido a jugar contra nosotros se sentirán doloridos ante la derrota. Esa derrota, teniendo «n cuenta que faltan pocos minutos para terminar el encu­entro, y pudiéndose transformar el castigo en gol, supone un dolor-moral, dolor que al regresar a sus hogares esta noc- - he, les hará sentirse humillados... ¿Y a dónde conduce la 'humillación?—a medida que hablaba Basilio, iba aumentan­do su volumen de voz, y lo que en principio era una arenga normal, ahora se iba transformando en un discurso..Agí- taba las manos y miraba a unos y otros^-... y una humilla­ción es peligrosa en los individnos7 porqae'corroe la confi-" " anza en uno mismo, porque pueda a la larga llevarnos a un caos de desesperación que nos haga olvidar incluso a núes- tros padres o lo que es peor a nuestros hijos...— Se dirigió al extremo izquierda—. Tú, tienes dos hijos... Piensa en el­los, y díme si no es doloroso que te vean triste... Luego, se

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    volvió hacia el medio derecho de su equipo—; Y usted, don Federico... ¿Es que no ha pensado en la madre...? ¿Es que rio vale más la madre que un campeonato de Liga? [Si, amigos, la madrees la madre...! Y madres no hay más que una...

    El griterío anterior, se había transformado en un si­lencio impresionante. A los ojos de todos asomaban ya los lágrimas. ^

    El defensa que había cometido la agresión, se echó llorando en los brazos del árbitro...:

    — ¡Madre...! ¡Quiero volver al lado de mi madre...!

    (Miguel Gila Cuesta. „Basillo“)

    1. Sepárense los términos de carácter deportivo, las abre* viaturas, fljaiue en su estructura:

    1. El Maestro Nacional Barreras dio la sorpresa al su­perar en 25 jugadas al Gran Maestro Jesús Nogueira en la

    ¡ tercera ronda del V Torneo Especial Nacional de Ajedrez •Guines-79’.

    ■ Con este triunfo Barreras ha pasado a liderear la justa

    con tres puntos de tres posibles, seguido por el GM Silvino García — que selló con Gilberto García — y el MN Arnal- (^0 Valdés, que superó al EN Ernesto Artigas, ambos con dos puntos y una partida sellada. •

    Otra nota de interés fue la victoria del Experto Provin­cial Paúl Pérez sobre MI J. J. Hernández. En los otros re­sultados de este evento que se celebra en los salones de la biblioteca «Raúl C3ómez García» — como saludo al 200 ani­versario de la constitución de la localidad sede—, el MI Guillermo Estévez derrotó al EN Rodríguez Córdova» mientras el MI Ciro A. Fernández y el EP J. Reynaldo^ dividían el punto («Granma»). •

    1. Ante unos 75.000 espectadores se jugó en el «Nonu Camp» el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa entre el Barcelona y el Celta de Vigo.

    «Corners»: Cinco sacó el Barcelona contra la portería del Celta, y dos el equipo visitante sobre el portal defendido por Reina.

    Sustituciones: En el minuto catorce del segundo tiempo, «ni Hmón», Castro y Almagro sustituyeron, respectivamen­te. n Juan Carlos y Hernández. En el minuto veintitrés, Tflberner ocupó el puesto que dejaba Herminio en la zaga céltica.

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    En el otro, dos pinchazos y una estocada. (Una oreja,)

    En cuatro lugar actuó el rejoneador Eduardo Torres * Bombita’, que dio dos vueltas al ruedo.

    1. cítense las equivalencias rosas para las palabras y expre*» siones en negrilla: '

    1. El Maestro Internacional Lázaro Bueno, de Hol- güín, concluyó invicto con 9,5 puntos su participación en un Torneo Especial de Ajedréz — por, inv tación — son sede aquí, al vencer al local José R. Calvo en una par­tida adelantada en la ronda, final.

    Bueno, quien ha permanecido en el liderazgo, acu-- muló ocho triunfos y tres tablas, y deberá esperar a la clausura oficial del evento para eonocer su posición definitiva. ' »

    Esa situación está determinada porque el agromon- tino Lexy Ortega (media norma de MI), con 6,5 puntos pudiera ganar sus dos encuentros aplazados y el corre­spondiente a ia última jornada, por lo que entonces igualaría el registro de Bueno y conquistaría el cetro según el sistema de desempate Sonnenborg Berger. ►

    El Maestro Nacional Justo Triana, de Caraagüey,- elevó a siete sus puntos, al hacer tablas en su cotejo- sellado, al término de la penúltima sesión, quedó empa*? tado con Ortega en el segundo puesto.

    1. Un equipo cubano de tiro deportivo viajó a la capital de Ucrania, Kíev, para participiar en los Juegos.. Juveníles de la Amistad que comenzarán mañana. y concluirán el próximo 2 de octubre.

    La delegación cubana está compuesta por 17 perso­nas, de ellas 14 son tiradores, dos entrenadores y un jefe de grupo. ■

    Las figuras destacadas entre los deportistas son: Juan C. Hernández, Guillermo y Alfredo Torres, Mario _López,.-Delña Gómez,- Arnaldo- Rodrígílez y Tanta- Pérer;-

    E1 equipo eubano competirá en las modalidades de skeet, carabina 3x20, match inglés (60 disparos en por sioión tendida), pistola libre y un tiro sobre silueta.

    Además de Cuba, intervendrán en el certamen tiradores de la República Democrática Alemana, Checoslovaquia» Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumania, RPD de Corea, Unión Soviética y otros.

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    LISTA DE LA LITERATURA RECOMENDADA

    3iiro/ltiC O. fliia;iei<THKa ttpHpoaH.—M.: nojiHTHsaaT,

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    - 155

    Goles: En el primer tiempo no funcionó el marcador^

    O—0. ^

    En el minuto seis de la segunda parte, tras una serie de^ eombinaciones Pujol — Torres, fue el medio volante azul-­grana quien lograría eruzar el balón a la portería sin qu{ Miñán pudiera hacer nada para detener el tiro.

    Minuto treinte y seis: A consecuencia falta botada poE ■ Reixach Marcial, de esplendido cabezazo, remató impa­rablemente a la red.

    En el minuto treinta y ocho, cuando ya se había senten- cionado prácticamente el «match» con los goles azulgranas ; ya descritos, fue Bustillo, de cabeza, quien logró aumentar i la ventaja con el 3—O definitivo favorable a Barcelona, i que elimina al Celta de la competición. j

    Fue un encuentro de cara y cruz de dos facetas bien dis- ] tintas. Un primer tiempo que podríamos decir de neto co- ■ lor céltico. '

    El Celta, haciendo gala de un conjunto extraordinario, de una buena defensa, de una media compenetrada con su ataque, hizo lo que quiso en medio del campo y llevó de cabeza al Barcelona. Tanto es así que ijinguho de los atacan­tes azulgranas, a pesar de la insistencia con que quisieron acercarse al portal defendido por el-guardameta céltico Miñán, tuvieron éxito, y así se llegó al descanso con un indisr ■cutible cero a cero. ,

    Pero llegó el segundo tiempo y con el cambiaron los colores y la decoración. El Celta, síil desmoronarse ni muc^ ho menos, siguió tratanto de contener la acción ofensiva azulgrana; pero tras el primer tanto, a los seis minutos, pareció que se abría el camino a un tercer encuentro, por­que el segundo gol se consiguió hasta media hora después. De esta forma, el Barcelona sacó fuerzas de flaqueza, luchó " con tesón y denuedo siempre estorbado por un Celta atento í y pundonoroso, y hasta que llegó el segundo citado gol no | pudo darse por decidida la eliminatoria. ‘

    El tercer gol, de Bustillo, ya no fue más que un comple- - mentó. ^

    -—-El Celta nos gustó en c'uarito'a conjunto. TamBíéif"Tíeñe algunas individualidades, por ejemplo, el internacional G)stas, también, Lezcano, que nos entusiasmó en sus incur­siones por la banda derecha, y estuvo, asimismo, muy bien la triplete defensiva, y tanto en el primer tiempo como en el segundo, a pesar de la sustitución.

    152

    Irt eulftte al Bau’Cilona, también nos gustaron las !í* ntai tfífífil y U media. Por esta razón creemos que todos lo* InUntOl célticos d« la primera parte, que fueron muchos, M Utrtilaron «nti la zaga azulgrana, por lo que no hubo

    f

    )lei in loa primeros cuarenta y cinco minutos de juego, n rsautnir»! un partido interesante y, sobre todo, jugado

    eon corracelón. La labor del árbitro, en líneas generales, blan (Crónica dtportista).

    1. SipártMt «n •! traijmento que se da a continuación (irmtnM proploi d«( (orto:

    ¡

    Tdrei de Benltez Cubero. Diego Puerta, en su prime- sana voluntariosa. Media y descabello.

    1 al otro, faena para una destacada, hiriéndose en la y áúi deícabellos. (Dos orejas y dos vueltas.)

    SI Cordobés', a su primero, faena valiente y con músi- eii tito cada. (Dos orejas y rabo.)

    Sn lU lagundo, estocada y descabello.

    Palomo Linares, en su primero, faena valiente. Una anUffii (Ooi orejas y petición de rabo.)

    in al último mata de un pinchazo.).

    1. Toro#

    de Loa Campillos, con poder, pero desigua­la! an Juago. .

    El mejicano Manuel Martínez, en su primero, faena de- «ailigo O un toro muy incierto. Mata de una estocada,

    ^ fU segundo, oreja y tres vueltas.

    El colombiana Pedro Domingo, en su primero, faena va- ílanlt». Una estocada. (Una oreja.) En su segundo, faena voluntariosa. Tres pinchazos, una estocada y desca­ballo. •

    José Luis Parada, en su primero, faena valiente. Dos pinchazos y una estocada. En el último, faena torera. Una estocada. (Una oreja.)

    1. Siete toros de Pío Alcoa y Andrés Sánchez Pastor, que dieron muy buen juego. Florencio Casao “el Hencho',. en su primero, faenai con rodillazos y una casi entera.

    En el otro, media Estocada, una casi entefá y seis desca­bellos.

    Julián García, en su primero, una oreja.

    En otro, sufriendo una cogida, sin consecuencias, una estocada. (Dos orejas y petición de rabo.)

    Rafael Torres, en su primero, una estocada. (Dos óre­las.)

    15a.